19 evidencias que demuestran que en septiembre mola viajar

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¡Oooooh! Se acabó agosto, la vida lagarta socialmente consensuada, las ganas de nada pero de todo, el chiringuito y la VISA sin remordimientos… ¿y ahora qué? Pues ahora comienza lo bueno. Porque este mes es un secreto de aire fresco, un aluvión de sorpresas, una segunda oportunidad a la que es imposible resistirse. Así que háganse un favor: no bajen la maleta al trastero… A continuación te dejamos una lista de motivos por los cuales es mejor viajar en Septiembre:

1) Y aún hay sol, sí. Y lo mejor de todo: que es un sol menos universal, lo que se traduce en menos gente en las playas, sitio en las terracitas y esa sensación inconfundible de que, apurando esa última cerveza, se está mejor que cualquier otro ser humano en el planeta. Pero si refresca no pasa nada, siempre queda conocer el lado ‘invernal’ de Mallorca (existe y es muy molón), darse un garbeo por Tenerife sin pisar la playa o bucear por la Málaga underground.

2) No hay familias. Ojo, que esto no es un alegato a favor de las PANK o de los solteros con pasta. Simplemente los niños (sobrinos, primos, desconocidos) dejan de ser un elemento inestable, eléctrico e impredecible capaz de robar siestas, heladitos terapéuticos o momentos de pies en remojo.

3) Todo es más barato. Los restaurantes sacan su carta de verdad, la que está solo en español, en € y con la propina incluida.

4) Llueven las ofertas. Resulta que los hoteles, resorts, campings, aviones y demás no desaparecen en cuanto llega septiembre, así que se hacen notar con ofertas de esas a las que les sigue un pensamiento alarmista: “algo malo tendrán”. Pues no.

5) Sí, hace sol pero… Se puede dormir, se puede pasear una ciudad, se puede disfrutar un parque sin la necesidad física e hidratante de tumbarse en el césped… O sea, el universo se pone de acuerdo para devolver a la Humanidad su capacidad de transporte pedestre.https://i.gyazo.com/2dd80387faf0e2306e6cb3721eee7373.jpg

6) Quien veranea el último… o esa felicidad egoísta del que se sabe único en el mundo, en la oficina, en el curro (en general). El mismo que apura el moreno hasta octubre y regresa con una sonrisa insultante entre la quemazón de la vuelta al trabajo.

7) El cierre. Los últimos coletazos de esos lugares de jolgorio estival que dicen “adiós” a la temporada en plan apoteósico, derrochador, con los últimos gramos de fuerza dedicados al ocio son y serán siempre un planazo (para el que lo sepa disfrutar).

8) Las últimas fiestas patronales. Ciudades como Albacete que se destapan como la última oportunidad para desvariar, darlo todo y enterrar cualquier remilgo urbanita. No obstante, cuidado, siempre hay que andarse con ojo, seguir ciertos consejos y no acabar en el pilón.https://i.gyazo.com/2dd80387faf0e2306e6cb3721eee7373.jpg

LAS CIUDADES SE PONEN GUAPAS

9) Y recobran su vida. Y lo hacen con bastante optimismo y millones de coleccionables en sus quioscos. Sus habitantes recuperan poco a poco la rutina pero con muchos propósitos entre los que se encuentra disfrutar más de su ciudad. O sea, que las urbes –otrora inanimadas- recuperan su ritmillo con la energía post-vacacional, lo que hace de septiembre el mes perfecto para visitarlas y contagiarse de su irrefrenable marcha diurna y nocturna.

10) Hay un ambiente fiestero pre-apocalíptico. O lo que es lo mismo, que Winter is coming por lo que las ciudades se echan a la calle para disfrutar de los últimas prórrogas de solecito, vestidito y manga corta. Así, calles míticas como Witte de Whit (Róterdam) o Reeperbahn (Hamburgo) recuperan la gracia callejera y las cervezas de estraperlo entre las aceras y los bares.

11) La luz. Sí, es un hecho poco demostrable, pero la luz de septiembre es la más bonita del año, una mezcla de la incandescencia amarilla veraniega y el azul sólido del invierno.

12) La agenda se despereza, las exposiciones se renuevan y arrancan citas ineludibles como ‘Japan Inspiration’, en el Folkwang Museum de Essen, a las obras maestras de la colección Guggenheim en Bilbao a Coubert en Beyeler, Basilea. surgen festivales de cualquier cosa y los planazos culturales (unidos a la consiguiente recompensa gastronómica) vuelven a justificar un viajecito.

13) Aún no se ha cambiado la hora, por lo que siguen existiendo las tardes outdoor, las terracitas (aquí mandan destinos cercanos al cielo como Madrid) y los planes con helado en Barcelona, San Sebastián, Nueva York o Londres. O donde sea.

14) Tus fotos de perfil vuelven a mostrar tu verdadero yo, así que mejor rodearlo de un marco exótico.https://i.gyazo.com/2dd80387faf0e2306e6cb3721eee7373.jpg

VUELTA AL CAMPO

15) Comienza el otoño y, con él, el turismo moñas, el relajado, ese que hace de un parque un océano. La naturaleza se alía bajando las temperaturas y provocando la caída de hojas para dibujar espectáculos como el hayedo de Montejo (y la Tejera Negra) o la selva de Irati. O cualquier camino sin encharcar donde el final del verdor es pura nostalgia y belleza. A eso hay que añadirle la sofisticación de los hoteles rurales (atención a estos 20) y la confirmación de que los amores de otoño son los más viajeros, pausados y sentidos.

16) Es tiempo de escapaditas, de reencontrarse con capitales castellanas o con pueblos monumentales. De hacer de dos días todo un mundo. De obligarse a salir y volver sin querer volver tras buenos tragos, grandes comidas y paseos entre arte gótico y castillos.

17) La vendimia como excusa irremediable para ir a las bodegas a mancharse de verdad y, amar, para siempre, esos paisajes desnudos, ocres y extremos. Cambiar, para siempre, la sensación que transmite el primer golpe de vino en la nariz. ¿Sugerencias para este año? Conocer el milagro del Ampurdá, la nueva ruta del vino de Rueda o la cada vez más consolidada Ribera del Guadiana.https://i.gyazo.com/2dd80387faf0e2306e6cb3721eee7373.jpg

18) Las primeras chimeneas y la literatura (si es viajera, mejor que mejor) que prolifera a su fuego.

19) Vuelven las setas y su búsqueda como actividad rural ilustre, indispensable y con una recompensa sabrosa a la que puedes arrastrar hasta al urbanita más recalcitrante. Y para eso lo mejor es perderse por los pinares y fogones de Soria, las laderas de Huesca, los bosques del Maestrazgo y ¡¡hasta Croacia!!.https://i.gyazo.com/2dd80387faf0e2306e6cb3721eee7373.jpg

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: http://www.traveler.es/viajes/mundo-traveler/articulos/19-evidencias-que-demuestran-que-en-septiembre-mola-viajar/5762

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