Roma es una ciudad apasionada en todos sus aspectos, y uno de los grandes placeres que ofrece es la comida: en tu viaje a esta ciudad debes aprovechar para probar sus platos suculentos de sabores exquisitos acompañados siempre de un buen vino. Te sorprenderá la calidad de sus productos naturales y la tradición de sus recetas, y es que comer en Roma es casi casi, un arte.
1. Tradición y ambiente íntimo en La Vecchia Locanda
Situada a pocos metros del Panteón (C/ Vicolo Simbaldi, 2), en La Vecchia Locanda son especialistas en la comida tradicional italiana y sus platos estrellas son los de pasta, hecha a mano y complementada con infinitas salsa. Destaca especialmente el plato de “ravioles de nuez y radiccio”, pero también tienen platos de carne y pescado. Ofrece un ambiente rústico y tranquilo, además de una excelente carta de vinos.
2. Las famosas pizzas de La Montecarlo
Dicen que muchos famosos y deportistas acuden a este restaurante buscando su pizza favorita. No se trata de un local especialmente glamuroso, pero sin embargo es uno de los más aclamados y es que todos los esfuerzos del equipo de cocineros de La Montecarlo se centran en hacer las pizzas más sabrosas de Roma con ingredientes frescos y una masa fina y crujiente. Los encontrarás cerca de la Plaza Navona, en la Calle Vicolo Sabelli, número 13.
3. Imprescindible: tomar un café en el Vaticano
Sin duda, el clásico por excelencia es Il Café San Pietro (Via de la Conziliazione, 40), donde acuden los periodistas que están volcados en la actualidad del Vaticano, pero también es frecuentado por obispos y cardenales. Situado en el bello Palazzio Rusticucci, además de un excelente café, puedes degustar su notable cocina romana y helados exquisitos. A pocos pasos de la Plaza San Pedro, se haya otro de los restaurantes más tradicionales de Roma, con precios muy asequibles y un menú basado en la cocina tradicional romana: todos sus productos son de elaboración propia siguiendo las recetas ancestrales. Hablamos de Il Borgo Nuovo (Calle Borgo Pío, 104). Nuestra recomendación: escoge uno de los dos menús que ofrecen (carne o pescado) y disfruta de él en su terraza.
4. Una velada bajo la luz cálida de Il Bacaro
Un entorno acogedor y moderno con sus mesas de madera, sus tonos blancos y una hermosa barra de líneas redondeadas de color rojo. En el restaurante Il Bacaro se une la tradición y la modernidad creando una atmósfera única y cálida. Su extraordinaria situación, en pleno centro histórico de la ciudad (Via degli Spagnoli, 27) aumenta todavía más esa sensación de intimidad y bienestar. Y por si fuera poco, ofrece una cocina creativa que nace de las recetas más tradicionales y de los productos frescos que ofrece cada estación. Sin duda es la opción ideal para un encuentro prometedor.
5. Una parada rápida y sabrosa en la calle
Si llevas una ruta turística ajetreada y deseas probar la comida romana pero haciendo una breve pausa, nuestro consejo es que aproveches las ofertas de los centenares de puestos que hay en la calle donde se ofrecen paninis y “pizza al taglio”, muy sabrosos y económicos. Otra opción son los snack bar, que tienen un servicio rápido y ofrecen comidas ligeras. Para la última hora de la tarde no dejes pasar la oportunidad de tomar un aperitivo. Hay numerosos locales en los que pidiendo una consumición de bebida tienes derecho a probar entre un variado número de platos, muchas veces tan generosos como una cena completa. Entre estos locales destacamos: Freni e Frizioni (barrio del Trastevere, Via del Politeama, 4).
6. Los aromas de la Enoteca Cavour 313
Cavour 313 (Via Cavour, 313) es el lugar ideal para hacer una degustación de los vinos italianos y sus tapas más representativas de quesos y embutidos. Es un lugar informal pero con encanto, donde las charlas con los camareros para dejarse aconsejar sobre los vinos forman parte del ritual. Por supuesto, lo destacado de este local es la estudiadísima carta de vinos seleccionada por Marco Brocchi, especialista en degustaciones.
7. Delicias japonesas en Ginza Gold
Fuera de la tradicional ruta de locales que abogan por la excelencia de la comida mediterránea, este restaurante es el palacio de la comida japonesa. Ginza Gold (Via Barberini, 53) atrae por su ambientación oriental y refinada con varios ambientes que se adaptan según requiere la ocasión. Llama la atención la perfección en la presentación de cada plato y las numerosas especialidades que aparecen en la carta dentro de la cocina japonesa. Además tienen menús con costes muy variados en los que siempre se mantiene una buena calidad-precio. Si amas la comida japonesa, esta es una buena ocasión para entretener tu paladar.
8. Las habitaciones secretas de Il Winebar
En la calle Enrica Fermi, en el número 161, el vino hechiza todas las copas y a la vez, a cada uno de sus comensales. Allí se encuentra Il Winebar, el restaurante de más auge en Roma, en el que existe una auténtica devoción hacia el vino. En sus sofisticados ambientes: El teatro del vino, el Bistrot, La Terraza y la Sala del 14, todos los platos están pensados para degustar con el vino apropiado. El menú es escandalosamente sabroso, una cocina mediterránea muy elaborada. Nuestra recomendación es que acudas a las catas secretas de la Sala 14, en un ambiente íntimo y elegante. Si, quizás se salga un poco del presupuesto, pero la relación calidad-precio es excelente. Un pequeño lujo que será el broche perfecto para tu estadía en Roma.
9. Vistas épicas de Roma en Imago
Imago es sinónimo de sofisticación y lujo. Situado en la planta más alta del hotel que lleva el mismo nombre, vale la pena ir allí aunque sea solo para tomar una copa ya que ofrece una vista panorámica de Roma sencillamente espectacular. La sala es elegante, de estilo un poco retro con sus muebles de diseño y divanes acolchados. La cocina está al cargo del Chef Francesco Apreda y el menú degustación es altamente recomendable, eso sí, ¡Los precios son tan escandalosos como los sabores!
10. Despedida a la italiana: Agata e Romeo
Como siempre, reservamos la última propuesta para conseguir la despedida emocionante que requiere cada ciudad. En roma, nos decantamos por la atmósfera delicada de Agata e Romeo, un restaurante que es el sueño cumplido de dos jóvenes entusiastas, cuya historia se remonta a 1890, cuando las familias comenzaron el negocio. Desde entonces han cuidado cada detalle, incluso la infraestructura de las salas que convive con la bodega está pensada para crear esa atmósfera única. La comida está dirigida por la propia Chef Agata, que ha ido por todos los rincones del mundo para complementar la cocina romana y ofrecer platos con un toque innovador y único. Un lugar apasionado y exquisito ¿no es lo ideal para despedirse de la ciudad eterna?
Fuente: Skyscanner