Los turistas ya no podrán ver la ciudad de los canales directamente desde sus barcos. Si quieren conocer Venecia, habrá que atracar en un puerto cercano y acercarse en autobús. El Ministerio de Infraestructuras y Transportes italiano anunció un plan para alejar progresivamente en los próximos tres años el paso de los cruceros y otras embarcaciones frente a Venecia, que sin embargo no ha satisfecho a las asociaciones de ciudadanos y ecologistas. En un comunicado emitido la noche del martes, se anunciaba que el comité interministerial sobre la Laguna de Venecia había llegado a una solución para evitar el polémico paso de los grande cruceros y otros barcos frente a la plaza de San Marcos.
Las imágenes de estos rascacielos sobre el mar que pasaban y se detenían amenazantes frente a la plaza de San Marcos y el Palacio Ducal habían dado la vuelta al mundo y provocado fuertes críticas. La medida de acabar con el paso de los grandes barcos era una de las condiciones que había impuesto la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para evitar que Venecia fuese eliminada de la lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad para ser considerada lugar en peligro.
Desde enero de 2018 comenzará a aplicarse así el plan de reducción del paso de los barcos. El actual ingreso quedará por el momento abierto a los barcos hasta las 55.000 toneladas de peso, por lo que los cruceros ya no entrarán frente a San Marcos sino que atravesarán el alternativo paso de Malamocco para atracar en el puerto de Marghera, en la localidad de Mestre. Los turistas serán así trasladados en autobuses hasta la entrada de la ciudad.
Muchos venecianos congregados en asociaciones como el denominado Comité No a las Grandes Naves en Venecia llevaban años intentando evitar el paso de los grandes barcos y cruceros ante la ciudad. El naufragio del crucero ‘Costa Concordia’ en 2012 frente a la isla de Il Giglio, en el centro de Italia, hizo saltar todas las alarmas de lo que habría podido ocurrir si hubiese sucedido en la ya frágil ciudad de los canales.
Tras ello se aprobó en 2014 un decreto para buscar alternativas para el alejamiento de las naves mayores de 40.000 toneladas, que hasta ahora había quedado aparcado. Con otra ley durante el Gobierno de Enrico Letta en 2014, se prohibió el paso de los barcos superiores a las 96.000 toneladas, con lo que ya se había limitado la entrada de una buena parte de los grandes cruceros.
Pero la noticia del acuerdo no ha satisfecho al Comité No a las Grandes Naves, que en junio recogió 18.000 firmas para que desapareciesen completamente los cruceros de la Laguna y fuesen desviados hasta el puerto de Trieste. Por ello, aseguraron en un comunicado que la propuesta del Gobierno es «la peor posible», ya que no soluciona el impacto medioambiental sobre la Laguna y continuará causando «efectos devastadores para el equilibrio medioambiental del área».
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Fuente: ElConfidencial