Ciudad del Vaticano – Información turistica y guia de viaje de la ciudad del Vaticano

El Estado de la Ciudad del Vaticano alberga la Santa Sede, máxima institución de gobierno de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Aunque los dos nombres «Ciudad del Vaticano» y «Santa Sede» se utilizan a menudo como si fueran equivalentes, el primero se refiere al estado independiente y a su territorio, mientras que el segundo se refiere a la institución que dirige la Iglesia y que tiene personalidad jurídica propia. En rigor, es la Santa Sede y no el Estado vaticano, la que mantiene relaciones diplomáticas con los demás países del mundo.

 

CAPITAL

Ciudad del Vaticano

 

BANDERA

La bandera de la Ciudad del Vaticano está compuesta por dos franjas del mismo tamaño, de color amarillo la situada más próxima al mástil y blanco. Sus dimensiones son 1:1.

En la franja blanca figuran las dos llaves entrecruzadas, una de oro y la otra de plata, unidas con un cordón rojo o azul, y sobre las llaves aparece representada la tiara de los papas. Estos elementos también forman parte tanto del escudo del Vaticano como del blasón de cada pontífice.

Las llaves entrecruzadas son las llaves de San Pedro. La llave amarilla además representa al poder espiritual de la Iglesia Católica y la blanca su poder temporal. El cordón es el símbolo del vínculo entre los dos poderes. Las llaves son, desde el siglo XIV, símbolo de la Santa Sede.

La tiara está compuesta por tres coronas que representan las atribuciones del papa como “pastor”, “maestro” y “supremo sacerdote” de la Iglesia.

 

EXTENSIÓN

0,44 km/2

Es el Estado soberano menos extenso del mundo (excepción hecha de la Orden de Malta, estado soberano sin territorio)

  

GEOGRAFÍA

La Ciudad del Vaticano está situada dentro de la ciudad de Roma con la que comparte 4 km de frontera. Se extiende sobre una colina en la zona oeste de la ciudad, sobre la margen derecha del río Tiber y sus límites geográficos son:   la Via Porta Angélica, la Piazza del Rissorgimiento y las columnatas de Bernini.   El edificio más destacado es la Basílica de San Pedro.

 

Dentro de la Ciudad del Vaticano se encuentran la Basílica de San Pedro, la Plaza de San Pedro, El Vaticano y los Jardines del Vaticano. Fuera de la Ciudad, el Vaticano tiene 13 edificios, entre los que destacan las Basílicas de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros todas ellas en Roma y la Villa de Castelgandolfo, que es la residencia oficial de verano del Papa.

 

POBLACIÓN

921 habitantes (estimación año 2005)

Tienen la ciudadanía vaticana aquellos miembros de la iglesia que por sus funciones deben residir allí. La mayoría de los funcionarios estables son italianos, un número considerable son suizos y el resto es originario de diversos países.

 

IDIOMA

Latín (oficial de la iglesia) e italiano (del estado)

 

GOBIERNO

Monarquía electiva vitalicia.

Papa Benedicto XVI, (nombre original Joseph -Alois- Ratzinger), soberano electo el 19 de abril de 2005 por el Cónclave de Cardenales (reunión secreta). El Cardenal Secretario de Estado (equivalente del jefe de Gobierno), encabeza una comisión de cinco cardenales. El Papa es, además, obispo de Roma y jefe supremo de la Iglesia Católica. El gobierno de la iglesia es asesorado por el Colegio de Cardenales y los Sínodos de Obispos (que se reúne por decisión del pontífice). Los órganos administrativos de la iglesia son 9 Sagradas Congregaciones, 3 Secretarías y diversas comisiones, prefecturas y tribunales, que conforman la Curia Romana.

Existen  dos administraciones paralelas: Santa Sede (órgano supremo de la iglesia católica) y Ciudad del Vaticano (sede de la iglesia).

 

REPRESENTACIÓN EN ESPAÑA

Nunciatura Apostólica:

Avenida de Pio XII, 46

28016 Madrid

Tel: 9176 68311

Fax: 9176 67085.

 

RELIGIÓN

Católica romana.

 

BREVE DESCRIPCIÓN HISTÓRICA

En la antigüedad, el territorio que conforma la actual Ciudad del Vaticano, al oeste del río Tíber, era conocido como el Ager Vaticanus (campos del vaticano). Algunos historiadores afirman que sus primeros habitantes fueron integrantes de un antiguo pueblo etrusco llamado Vaticum y de allí su nombre. Sin embargo, otros aseguran que la palabra Vaticano proviene del latín vates (adivino), y que antiguamente existía una colina denominada Vaticano en la que pululaban una serie de adivinadores y magos que predecían el destino de quienes pasaban por allí.

Debido a la persecución de cristianos y la destrucción en Roma y de todos los escritos de la Iglesia llevadas a cabo por el emperador Diocleciano en el año 303, hoy quedan muy pocos rastros de la presencia de los primeros cristianos en la zona.

La situación cambió con la llegada del emperador Constantino el Grande (307-337), quien instauró la paz con la Iglesia, permitiendo que el cristianismo saliera de la clandestinidad y obtuviera un estatuto jurídico privilegiado, antes reservado a los paganos.

En el siglo IV, al pie de la Colina Vaticana se comenzó a edificar lo que después sería conocido como la Basílica de San Pedro. Según testimonios arqueológicos, allí fue enterrado el primer papa. Los pontífices medievales compraron el territorio y luego se mandó construir un puente, el Pons Aelius, para comunicar estas tierras con Roma.

 

La arquitectura paisajística y edilicia de esta ciudad fue trabajada en diversas épocas y con diferentes criterios de acuerdo al gusto y la sensibilidad de los papas de turno. En el siglo VII, arquitectos paisajistas como Antonio Tempesta, Giovanni Maggi y Giambattista Faldi comenzaron a darle forma al manto verde que se extiende detrás de la gran basílica, trepando por una de las siete colinas que rodean Roma. Los papas pasaron a ser los gobernantes de la ciudad de Roma y de las zonas circundantes.

 

En el año 756 este dominio fue oficialmente cedido al pontífice Esteban II por Pipino el Breve, monarca de los francos, como agradecimiento por haberlo nombrado rey. Sus posesiones se fueron ampliando a través de donaciones, adquisiciones y conquistas y, de esta forma, los futuros Estados Pontificios, legalmente establecidos por Carlomagno en el siglo IX, llegaron a abarcar prácticamente toda la zona central de Italia.

En el año 847, el papa León IV ordenó levantar una gran muralla, que recibió el nombre de Leonina, que rodea casi todo el territorio, para defender al Vaticano de los ataques sarracenos. Partiendo de Castel Sant’Angelo, la muralla se extiende por detrás de la Basílica Vaticana y baja hasta la orilla del Tíber. Esta construcción transformó la zona de San Pedro en un recinto amurallado. Protegía la gran Basílica y los tesoros que ésta contenía, así como las iglesias menores, los monasterios, las casas del clero, los apartamento papales, las casas y los huertos de los residentes, las sedes de los diáconos y las casas de acogida para peregrinos. No obstante, convertían al mismo tiempo a la ciudad en un distrito sui generis, diferente del resto de la ciudad.

Tras un período de estancia de los papas en la ciudad francesa de Avignon (1309-1377) Gregorio XI restablece la capital pontificia en Roma.  Clemente VII lideró a los cardenales que en 1378 declararon inválida la elección de Urbano VI y fue elegido antipapa en 1378, ocupando el trono vacante en Avignon. Europa se dividió en el apoyo a ambos contendientes y, en tanto Francia favoreció a Clemente, Inglaterra apoyó a Urbano, un litigio que continuaría en la Guerra de los Cien Años entre ambas coronas (1337-1453). La controversia entre las sedes abrió el período conocido como el "Gran Cisma", en el que se sucedieron los nombramientos de antipapas y que acabaría finalmente en 1417.

 

La mayor parte de las anexiones al territorio del Vaticano se mantuvieron bajo poder del papado hasta 1797, año en que las tropas francesas de Napoleón Bonaparte se apoderaron de este territorio, creando la República Romana. En 1801 el papa Pío VII recuperó parte de su poder y en 1815 el Congreso de Viena, tras la caída de Napoleón, restituyó casi todas las antiguas posesiones al papado.

 

En 1869 se celebró el primer Concilio Vaticano en el que se decretó el dogma de la infalibilidad del papa. Un año después, los Estados Pontificios se disolvieron definitivamente cuando Víctor Manuel II los anexionó al reino unificado de Italia, incluida Roma. La jurisdicción del papado quedó reducida al Vaticano, en el que cada uno de los sucesivos pontífices permaneció como prisionero voluntario en protesta. Este encierro voluntario continuó hasta 1929 cuando, en virtud del Tratado de Letrán, suscrito entre la Santa Sede y el Reino de Italia -gobernado entonces por Benito Mussolini- se reconoció la soberanía y personalidad jurídico-internacional del Estado de la Ciudad del Vaticano. Este estado se constituyó como un ente distinto a la Santa Sede (el primero es el órgano de gobierno de la Iglesia Católica, y el segundo el territorio físico sobre el que se ejerce ese gobierno). Se logró así la consolidación de la autoridad política del sumo pontífice.

 

A lo largo de los siglos, y especialmente durante el Renacimiento (siglo XIV), el mecenazgo papal convirtió al Vaticano en uno de los más importantes centros culturales del mundo. En arquitectura destacan la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina -en el Palacio Papal- decorada con frescos de Miguel Angel, Boticelli y otros artistas del Renacimiento, y las Estancias de Rafael, así denominadas por las pinturas murales del artista.

 

DÍAS FESTIVOS

1 de Enero – Año Nuevo

6 de Enero – Epifanía

11 de Febrero – Día del Tratado de Letrán

19 de Marzo – San José

Abril – Domingo y Lunes de Pascua

1 de Mayo – Día del Trabajo

Mayo – Fiesta de la Ascensión

Mayo/Junio – Corpus Christi

29 de Junio – San Pedro y San Pablo

15 de Agosto – Fiesta de la Asunción (2 días)

1 de Noviembre – Todos los Santos

25 y 26 de Diciembre  Navidad

 

FECHAS DESTACADAS

Las grandres celebraciones de la Iglesia Católica son las que corresponden a la Pascua de Resurrección que varían anualmente según el calendario lunar (abril) y la de Navidad (25 de diciembre). Otras celebraciones importantes son las que tienen como motivo la proclamación de un nuevo santo.

Las audiencias papales, que se realizan cada miércoles por la mañana, son el momento más popular para visitar la ciudad. Después de la misa dominical y en otros sías festivos religiosos, el Papa aparece en su ventana para dirigirse a la multitud y bendecirla.

 

ECONOMÍA

Sus recursos provienen, en su origen, de la inversión financiera de los 1.750 millones de liras que el Tratado de Letrán -entre Mussolini y la Santa Sede- estableció como indemnización por los territorios perdidos en 1870 y de contribuciones y donaciones de todo el mundo en especial de Estados Unidos y Alemania Federal. Hoy en día esos recursos son administrados por el Instituto para Obras Religiosas -popularmente Banco del Vaticano- reestructurado a raíz de escándalos financieros originados por la quiebra del Banco Ambrosiano en el año 1982. Se le atribuyen reservas de más de 11.000 millones de dólares, participación en muchos otros bancos y empresas, e innumerables propiedades inmuebles en todo el mundo.

El Vaticano no puede mantenerse merced a la actividad productiva de su propio territorio, limitada a la venta de recuerdos turísticos, libros, sellos y entradas a museos. Pero cuenta con los ingentes ingresos de la Iglesia Católica en todo el mundo, provenientes de: las aportaciones económicas de los Estados donde cuenta con acuerdos de financiación (por su tradición católica, o bien como apoyo a las actividades benéficas y educativas realizadas por instituciones pertenecientes a la Iglesia Católica; en algunos casos, diversos grupos sociales o políticos promueven esta financiación estatal, basándose en los motivos citados), las donaciones de los católicos o de empresas vinculadas a ellos; los beneficios de las empresas propiedad de la Iglesia y de sus actividades financieras de banca y bolsa a nivel internacional.

La economía estaba seriamente dañada en 1979 y tres años más tarde se produjo la quiebra de uno de los bancos más conocidos de Italia, el Banco Ambrosiano, que llevaba las finanzas internacionales del Vaticano, y el asesinato de su director Roberto Calvi. Las investigaciones consiguientes revelarían que el banco se dedicaba al blanqueo del dinero de la mafia. Más tarde, el Papa trasladó la responsabilidad de la economía vaticana al Estado, el cual, a partir de 1984, se encargaría de las finanzas. Cinco años más tarde, el Papa lleva a cabo una reestructuración de la organización económica y la dirección económica fue encargada a cinco financieros reconocidos internacionalmente (aunque bajo el control de una comisión formada por cinco cardenales).

 

PESOS Y MEDIDAS

Sistema métrico decimal.

 

MONEDA

La moneda, según un acuerdo suscrito con la Unión Europea, es el euro. El Vaticano tiene sus propias monedas de euros aunque en acuñaciones limitadas, por lo que son de gran valor para los coleccionistas.

Los pagos se realizan en euros.

 

TARJETAS DE CRÉDITO HABITUALMENTE ACEPTADAS :

Remitirse a la información correspondiente a Italia.

 

CHEQUES DE VIAJEROS :

Remitirse a la información correspondiente a Italia.

 

CONTROL DE DIVISAS A LA ENTRADA Y DE MONEDA LOCAL A LA SALIDA :

Remitirse a la información correspondiente a Italia.

Concretamente, en el Vaticano, No existe ninguna restricción a la hora de introducir moneda.

 

LUGARES DE CAMBIO :

Remitirse a la información corrpondiente a Italia.

Existe también una oficina de cambio en la misma plaza de San Pedro.

 

CLIMA

Clima moderado, en julio y agosto caluroso y húmedo.

   

HORARIOS

 

DIFERENCIA HORARIA CON ESPAÑA :

GMT +1

(misma hora que en España)

 

HORARIOS DEL COMERCIO EN ROMA:

Lunes de 16,00 a 20,00 h.

Martes a sábados de 09,00 a 13,00 h. y de 16,00 a 20,00 h.

En verano de lunes a viernes 9,00 a 13,00 h. y de 16,00 a 20,00 h.

Cierran los sábados por la tarde y domingos.

 

HORARIOS DE LOS BANCOS EN ROMA:

De 08,30 a 13,30 h. y de 14,30/15,00 hasta la 16,00 de lunes a viernes.

Las oficinas de cambio de los principales aeropuertos y estaciones están abiertas todos los días.

 

HORARIOS DE LOS RESTAURANTES EN ROMA:

Los horarios de comida es entre las 13,00  y las 15,30 h. Por la noche a partir de las 20,00 h.

 

DOCUMENTACIÓN

 

DOCUMENTACIÓN NECESARIA PARA LA ENTRADA AL PAÍS:

La misma que se necesita para ir a Italia. El Vaticano no tiene fronteras en las que se tenga que presentar documentos. La entrada es libre.

Los ciudadanos de la Unión Europea, en viaje de turismo, sólo tienen que tener el DNI para entrar en Italia.

Si procede de otro lado del mundo se deberá tener el pasaporte en regla.

 

LIMITACIONES A LA IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN :

Remitirse a la información de Italia.

Los turistas de la Unión Europea no tendrán problemas para importar los artículos que hayan comprado, siempre que no se quiera comercializar con ellos. En el momento de pasar por la aduana no hay límite para ningún producto.

Los no residentes de la Unión podrán pasar por la aduana:

300 cigarrillos  o 75 cigarros o 150 puritos o 400 gr. de tabaco.

5 litros de vino de menos de 22%.

1,5 litros de bebidas de más de 22%.

75 gr. de perfume.

 

INFORMACIÓN SANITARIA

 

VACUNAS :

Remitirse a la información de Italia.

 

FORMALIDADES SANITARIAS PARA LA ENTRADA DE ALIMENTOS, ANIMALES, Y PLANTAS :

Remitirse a la información de Italia.

 

ESTADO SANITARIO GENERAL :

Remitirse a la información de Italia.

 

NIVEL SANITARIO DEL AGUA :

El agua es potable.

 

COBERTURA DE LA SEGURIDAD SOCIAL ESPAÑOLA :

Sí, existe cobertura en Italia.

Para la asistencia médica presente el formulario E 111 en la Unidad Sanitaria Local le facilitarán un "talonario de asistencia sanitaria" y una relación médica. Acuda a cualquiera de ellos presentando el talonario. En visitas médicas especializadas  y análisis,  radiografías, etc., hay que abonar la consulta. Medicamentos, presentar la receta. Se tiene que abonar parte del precio.

 

FARMACIAS (Compra de medicamentos):

Remitirse a la información correspondiente a Roma.

Se distinguen por una cruz verde.

Indicativo de farmacias de guardia igual que en España. En las farmacias se pueden encontrar la mayoría de los medicamentos.

 

ARTÍCULOS SANITARIOS QUE LES  RECOMENDAMOS SE LLEVEN DESDE ESPAÑA :

Las personas que siguen un tratamiento médico específico se les aconseja que lleven los productos necesarios.

 

COMPRAS

Sellos de correos del Vaticano.

Si se consiguen, monedas emitidas por el Vaticano.

El resto del apartado compras se limita a los artículos religiosos tales como estampas, figuras religiosas, rosarios, postales, fotografías de los Papas, etc.

 

PRINCIPALES ZONAS DE COMPRA :

En el Vaticano en sí es difícil encontrar otra cosa que no sean sus sellos o reproducciones de obras de arte de sus museos en las tiendas de los propios museos. Alrededor de la Plaza de San Pedro y en la Avenida de la Conciliación son numerosas las tiendas de “recuerdos”.

 

PRECIO FIJO O "REGATEO" :

No se acostumbra a regatear.

 

NIVEL DE PRECIOS :

Los precios son, en general, similares a los de España. Los artículos “turísticos”, como en todas partes, son siempre muy superiores en precio a su valor real.

 

GASTRONOMÍA

Remitirse a la información correspondiente a Roma.

No existen en el Vaticano restaurantes abiertos al visitante.

Recientemente salio a la venta un libro que revela “Los Secretos de la cocina del Vaticano” que cuenta con una amplia cantidad de recetas. La autora del libro comenta que la gastronomía de este país es "una de las más complejas y rica del mundo, mucho más que de cualquier casa real". También contiene historias sobre las comidas que se inventaron en este Estado como la salsa verde o la llamada salsa vaticana, la salsa carmelita o la cocción a baño María.

 

RELACIÓN DE RESTAURANTES:

A título informativo se transcriben algunos restaurantes de Roma:

Enoteca Corsi. Via del Gesu 87 Centro Storico. Cocina romana. Económico. Ni es elegante, ni por la comida obtendrá nunca estrellas Michelin. Pero sí es un sencillo lugar para comer comida local casera.

Il Posto Accanto. Via del Boschetto 36ª. Tipo medio. Un lugar  agradable con tan solo 25 plazas para comer. Comida excelente y pasta “hecha en casa”.

La Rosetta. Via della Rosetta 8-9 Centro Storico. Caro. Uno de los mejores restaurantes de pescado de la ciudad. Reserva necesaria.

Paris. Piazza San Calisto 7a. Tipo medio. Comida romano/judía.

Sora Margherita. Piazza delle Cinque Scole 30 Zona Hebraica. Tipo medio. Buenos platos de pasta y comida judía. Una decoración inexistente pero eso no impide que siempre haya cola para comer.

Vecchia Roma. Piazza Campitelli 18 Centro Storico. Caro. En verano, su terraza es una delicia. En verano, ensaladas imaginativas; en invierno, platos basados en la polenta. Maravillosa pasta y risottos.

Alfredo. Piazza Augusto Imperatore, 30.  Tel: 06/68.78.734. El rey de los fettuccine. Conocido en todo el mundo por sus fettuccine al queso servidos en la misma bandeja en la que los prepara. Reyes, presidentes, ministros, estrellas. Todo el mundo ha pasado por Alfredo.

Baffeto:  Via del Goberno Vecchio, 114. Pizzería. Económico.

Cafetería L’ 800: Vía Sa. Giovanni in Latera, 278 Económico.

L’ Eau Vive: Via Monterone 85. Menú del día buen precio.

Ranieri: Vía Mario dei Fior. Todos los días menos domingos y mes de agosto. Caro.

Gino e Pietro: Vía del Governo Vecchio, 106. Todos los días excepto domingos.

Alfredo All’ Agusteo.  Piaza Augusto Imperatore, 30. Carísimo.

Sabatini: Piazza Santa María in Trastevere, 13 .

La Carbonara:  Campo di Fioro, 23. Todos los días excepto domingos.

Insalata Ricca 2 Piazza Pasquino 72.

Trieste. Corso Trieste, 21. Todos días excepto los jueves.

 

TRANSPORTES

 

TRANSPORTE AÉREO:

El de Roma.

Desde el aeropuerto Leonardo da Vinci (Fuimicino) hay unos 32 km. hasta Roma.

Hay autobús hasta la Estación Termini, con una duración de cuarenta y cinco minutos. Servicio de tren rápido hasta la Estación Termini. Los taxis son caros.

Al aeropuerto Ciampino, llegan algunos vuelos charter, existen autobuses que le dejan en la estación de metro de Anaquina.

El Vaticano cuenta con su propio helipuerto.

 

TRANSPORTE FERROVIARIO :

El servicio ferroviario une Roma con todas las ciudades importantes de Italia.

Metro (Metropolitana) de Roma sólo tiene dos líneas. La línea A Ottaviana (Vaticano) hasta Agnanina.

La línea B Stazione Termini hasta EUR.

Se pueden comprar un billete para veinticuatro horas.

La Ciudad del Vaticano cuenta con estación ferroviaría propia unida a la red italiana de ferrocarriles.

 

TRANSPORTE EN AUTOCAR :

Los autobuses de Roma no son caros, pasan con frecuencia, pero  en las horas puntas van abarrotados. Se tiene que comprar el billete en los quioscos de periódicos que tengan el cartel ATAC.

Se pueden comprar bonos de 10 billetes, billete semanal o billete turístico con una validez de tres días. Por la noche circulan cada media hora. Las paradas son discrecionales, hay que pedir la parada apretando un botón.

 

RED VIARIA :

En el Vaticano no se puede circular en coche (ni siquiera está permitida su entrada en la Plaza de San Pedro)

 

PERMISO DE CONDUCCIÓN :

El permiso de conducir español es válido para circular por Italia y, por tanto, por Roma.

 

TAXIS :

Los de Roma.

De color amarillo. Son muy difíciles de encontrar, tanto en las paradas como llamando por teléfono. Deben llevar taxímetro y resultan más caros que en España. Por la noche se aplica una tarifa nocturna. Preguntar precio antes de tomarlo.

 

CORRIENTE ELÉCTRICA

La de Roma

230 V. 50 Hz.

 

 

TELÉFONOS

Red automática. Las cabinas en Italia funcionan con monedas, fichas o tarjetas que se pueden adquirir en los estancos, estaciones de ferrocarril, de autobuses y en aeropuertos. Si llama desde los hoteles le cobrarán una comisión. Lo más aconsejable  son las tarjetas.

Los teléfonos móviles españoles pueden utilizarse siempre que antes de salir de España se haya solicitado a la compañía telefónica autorización para realizar llamadas en itinerancia

Las cabinas de teléfonos suelen estar ubicadas en todas partes, en las calles, cafeterías, edificios públicos.

 

PREFIJO DE INTERNACIONAL:

El código telefónico internacional de la Ciudad del Vaticano es el mismo que el de Italia (39), seguido de 06. El Vaticano tiene su propia red telefónica.

PREFIJO DE ESPAÑA:

34 más el número del abonado.

DEL SERVICIO "ESPAÑA DIRECTO" (desde Italia):

0800 220 034

 

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Prensa: El diario que se publica en la Ciudad del Vaticano es L´Osservatore Romano, cuyas ediciones semanales se publican también en otras lenguas.

Radio: Vatican Radio emite diariamente para todo el mundo. Los programas se emiten en 34 idiomas, en onda corta, media, FM y satélite. Para consultar las frecuencias, visite la página web: www.vatican.va

 

SEGURIDAD CIUDADANA

Se debe prestar la atención en la Plaza de San Pedro pues siempre hay algún raterillo dispuesto a aliviarnos del peso de la cartera.

 

REPRESENTACIÓN DIPLOMÁTICA ESPAÑOLA

TIPO:

Embajada

DIRECCIÓN CENTRAL :

Palazzo di Spagna.

Piazza di Spagna, 57

LOCALIDAD :

00187 Roma

TELÉFONO / FAX :

Teléfonos: 06 678 43 51/52/53/54

Fax: 06 678 43 55

 

LA GUARDIA SUIZA PONTIFICIA

La Guardia Suiza es un cuerpo militar encargado de la seguridad de la Ciudad del Vaticano. Otro cuerpo de guardias de origen suizo se encargó también de la seguridad del Palacio de Versalles (Francia) durante el reinado de Luis XVI.

Fue fundada por el Papa Julio II en 1505, ante la necesidad de que existiera un cuerpo militar siempre disponible para proteger al Papa. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de fundación es la de 21 de enero de 1506. Desde entonces ha variado enormemente en número y composición, e incluso se ha disuelto por completo en algunas ocasiones.

 

No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la de ejército del estado soberano de Ciudad del Vaticano. Está compuesta por unos cien soldados: cuatro oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros y un capellán. Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusil suizo SIG 550), aunque también aprenden a manejar la espada y la alabarda.

Los reclutas deben ser varones suizos de entre 19 y 30 años de edad y de fe católica. Deben superar los 174 cm de estatura, ser solteros y haber cumplido una instrucción básica en el Ejército Suizo.

 

El actual uniforme ha sido diseñado por el Comandante de la Guardia Jules Repond (1910-1921)) a partir del modelo diseñado en 1505 que se atribuye a Miguel Angel, por lo que es considerado una de las vestimentas militares más antiguas del mundo, siendo mucho más vistoso, alegre y brillante que el del siglo XIX: el yelmo adornado con una pluma roja, los guantes blancos y la coraza, que aún tiene una reminiscencia medieval.

 

Los guardias suizos no usan propiamente botas, aunque sí medias adherentes a las piernas, sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada.

Todo esto recuerda el esplendor de las antiguas cortes, la alegría y la dulzura del vivir que eran inherentes al Antiguo Régimen. Este uniforme expresa la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado.

La Guardia Suiza tiene su cuartel frente al Palacio Apostólico Pontificio. Trabaja en colaboración con el Servicio Vaticano de la Policía Italiana.   

 

Según el Tratado de Letrán, firmado en 1929, se establecía la independencia total y los límites entre el Vaticano (bajo soberanía pontificia) y la nación italiana. El Tratado ponía bajo soberanía del Papa la Plaza de San Pedro, pero hoy en día se ha establecido que la Policía Italiana la custodie, junto con la Guardia Suiza y los Servicios Vaticanos de Seguridad. Los custodios italianos en el Vaticano forman parte de una fuerza policial especial.

 

LA VISITA DEL VATICANO

 

LA VIA DELLA CONZILIACIONE

A través de esta gran arteria rectilínea, realizada en 1950 con ocasión del Año Santo y presidida en uno de sus extremos por la imponente Basílica de San Pedro, se llega la Plaza de San Pedro.

 

LA PLAZA DE SAN PEDRO

Alejandro VII abordó la configuración de la plaza frontera a la basílica, eligiendo en 1656 a Brnini como arquitecto encargado del proyecto. Bernini planteó en un primer momento una plaza trapezoidal, rodeada de una fachada de dos plantas. Criticada esta traza, el artista se inclinó por otra circular porticada para decidirse finalmente por la solución definitiva: una plaza ovalada de 340 x 240 metros, delimitada por un pórtico arquitrabado con cuádruple alineamiento de columnas toscanas, cuyo eje transversal se señala por el obelisco central y las fuentes laterales; la plaza queda conectada a la basílica por dos alas oblicuas divergentes.

Bernini incluso llegó a proyectar un tercer brazo porticado de la Columnata que debía cerrar el óvalo, completando el perímetro elíptico de la plaza.

Bernini concibió una gran entrada para los fieles, que son abrazados por los “maternales brazos de la iglesia” al acercarse a la plaza. Una vez dentro, las columnas dóricas se convierten en un refugio y un escenario para las procesiones y otros eventos sagrados de la Iglesia Católica.

La plaza es un enorme recinto oval (integrado en el palacio papal del Vaticano) cuyo eje corre transversalmente, paralelo a la fachada de San Pedro. Está rodeado por cuatro hileras de columnas -trescientas en total- talladas en travertino romano formando un óvalo de doscientos metros en su eje más largo, marcado por tres monumentos: a los lados, por dos fuentes y en el centro por  un obelisco egipcio que había servido como poste de giro en las carreras de carros en el antiguo Circo de Nerón. Las columnas son una versión modificada del dórico y tienen una altura de quince metros. La plaza da paso a la basílica de San Pedro, sede de la iglesia católica y símbolo de su poder. El notable arquitecto diseñó sus suelos, los relieves sobre la puerta central, la estatua de Constantino y la adyacente Scala Regia. La parte abierta de la piazza San Pedro delimita la frontera con Roma.

El obelisco que se encuentra en la plaza tiene 25,37 metros, 15 metros mas con la base y pesa 331 toneladas. Aún siendo egipcio, no tiene jeroglíficos. Se desconoce quién fue el faraón, de la V dinastía, que lo construyó. En 1586 el Papa Sixto V decidió colocarlo frente a la Basílica de San Pedro en memoria del martirio de San Pedro en el circo de Nerón (en torno al obelisco giraban las aurigas), trabajo que le fue encargado a Domenico Fontana (1543-1607 famoso arquitecto Italiano que construyó la Biblioteca Vaticana). Necesitaron para levantarlo: 150 caballos, 900 hombres y 47 poleas. Es uno de los mas interesantes y altos obeliscos en Roma, la leyenda decia que el globo de bronce de la punta contenía las cenizas de Julio Cesar. Durante la recolocación los trabajadores inspeccionaron el globo de metal que se encontraba en lo alto, no encontrando nada. El Papa Sixto V, removió el globo reemplazándolo por una cruz y cresta de bronce de la Familia Chigi. En 1818 fueron agregados a la base cuatro leones egipcios.

 

LA BASÍLICA DE SAN PEDRO

Se dice que la basílica de San Pedro esta construída, sobre el lugar que la tradición oral de los primeros cristianos, afirmaba murió San Pedro. Los primeros cristianos, cuenta la tradición, erigieron alli una capilla y más tarde el emperador Constantino y su madre Santa Helena, mandarón construir una iglesia, y desde entonces en el mismo lugar se ha ido reedificando, hasta llegar al siglo XV y XVI en el que se construyó la actual Basílica.

 

UN POCO DE HISTORIA

La basílica es la obra de varios siglos. Comenzó por ser un monumento conmemorativo, en el lugar donde San Pedro fue martirizado, no lejos del circo de Nerón. A partir del 324 el emperador Constantino hizo construir una basílica. En el XV la basílica paleocristiana amenazaba con derrumbarse por lo que los Papas deciden demolerla.

La construcción del edifico actual se inicia el 18 de abril de 1506, durante el papado de Julio II, siendo terminada en 1626, durante el papado de Pablo V. Numerosos arquitectos y artistas participaron de esta obra: Bramante, Rafael, Sangallo, Miguel Angel y Maderno. Gian Lorenzo Bernini proyectó la plaza y su columnata.

El proyecto inicial fue encargado a Bramante que diseñó un edificio con planta de cruz griega contenida en un cuadrado y cubierta por cinco cúpulas (un claro ejemplo de planta centralizada, típica del renacimiento y su interés por la geometría); la central en el crucero y las restantes en los ángulos. Pero a su muerte solo se había edificado poco más que los cuatro grandes pilares que debían sostener a la gran cúpula central. El encargado de proseguir la construcción fue Rafael, quien modificó la idea inicial de Bramante proyectando una planta de cruz latina en lugar de griega, pero su intervención real fue aún más reducida que la de su predecesor. Le sucedió Sangallo, con una también escueta intervención.

Posteriormente la responsabilidad del diseño recayó sobre Miguel Angel, que retomó la idea de Bramante de planta en cruz griega. La cúpula se encuentra justo sobre el altar mayor y la tumba del Apóstol Pedro. Concebida por Miguel Angel, fue terminada 24 años después de su muerte según el diseño definitivo de Fontana y Della Porta. Los mosaicos son de Giuseppe Cesari. Tiene un diámetro de 42,5 metros y una altura de 132 metros y se inspira en la cúpula de la catedral de Florencia, del quattrocento.

La inscripción que se ve como un cinto en la base de la cúpula dice: "Tu eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del cielo". Las letras miden 2 metros de altura.

La configuración actual de la basílica en cruz latina fue obra de Carlo Maderno, que durante el pontificado de Pablo V añadió tres crujías nuevas y proyectó la fachada.

El último arquitecto en intervenir en su construcción fue Gian Carlo Bernini, que acometió la tarea de añadir dos torres laterales a la fachada. Iniciados los trabajos de construcción, la inestabilidad del subsuelo obligó a dejarlas inacabadas, quedando como meras extensiones de la fachada. También proyectó la plaza ovalada y las columnatas perimetrales, así como el espectacular baldaquino.

Durante la construcción de la Basílica se sucedieron 20 Papas.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho y 133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15.000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en tamaño.

 

LA FACHADA DE LA BASÍLICA

Se construyó en 1607-1614. Es obra del arquitecto Carlo Maderno (1556-1629).

Sobre ella están las estatuas del Redentor, Juan Bautista, los 12 Apóstoles (Excepto S.Pedro). El Balcón central: "Logia de las bendiciones". Desde allí se anuncia la elección de un nuevo Papa y el Sumo Pontífice imparte la bendición “Urbi et Orbe” (a Roma y al mundo) tras ser elegido y en 2 ocasiones cada año: el día de Pascua de Resurrección y el día de Navidad. Debajo del balcón hay un bajorrelieve: "La Entrega de las Llaves" de Boncino (1614). El gran arco de la derecha, Arco de la Campana, da acceso al Vaticano y está atendido por los guardias suizos.

En la fachada se abren cinco puertas, aunque una de ellas (la Puerta Santa) permanece cerrada, incluso tapada con cemento por su lado interior. Esta puerta sólo se abre cada 25 años en los años santos (años jubilares). La abre solemnemente el Papa al inicio de ese año, permaneciendo abierta para que los fieles puedan acceder a la basílica y ganar la Indulgencia jubilar (las otras tres basílicas papales de Roma también tienen puertas santas). Al final de dicho año, el Papa la clausura.

 

EL INTERIOR.

La entrada en la Basílica de San Pedro es libre, aunque limitada por la vestimenta de los fieles. Un selecto y eficiente grupo de porteros vigilan que los fieles no lleven pantalones cortos, escotes, o cualquier otra prenda que pueda ser considerada poco decente.

En la nave central se reunió el Concilio Vaticano II de 1962 a 1965. La mayoría de Papas están enterrados en esta basílica.

 

Costado izquierdo de la nave principal.

Tiene tres altares. El altar del medio es el mas importante. Debajo de él están las tumbas de dos apóstoles: San Simón y San Judas Tadeo. (También está la tumba del famoso compositor Pierluigi da Palestrina). También aquí se marca el lugar exacto en el circo de Nerón donde se plantó la cruz en la que se crucificó a San Pedro. Esta escena está representada sobre el altar por la obra de Guido Reni. Cerca de la entrada a la Basílica, a la izquierda, está el baptisterio.

 

Costado derecho de la nave principal.

Cerca de la entrada está la famosa Pieta de Michelangelo (1498). Al lado de la Capilla de San Nicolás están los tesoros de las reliquias de San Pedro. Las siguientes capillas son la de San Sebastián y la del Santísimo Sacramento . Próxima al monumento de Gregorio XVI está la Capilla de la Madonna del Socorro cuya imagen es de la antigua Basílica de San Pedro. Bajo el altar descansa el cuerpo de San Gregorio Nazianzus. Bajo el altar de la Maddonna della Colonna, están los restos de los santos Leo II, Leo III, y Leo IV. Muchos otros Papas están en la basílica, incluyendo Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II, que están en la cripta.

 

La parte central.

La estatua de bronce de San Pedro que se encuentra en la parte derecha de la nave central de la Basílica fue probablemente hecha por Arnolfo di Cambio con motivo del año santo de 1300. (aunque otros sostienen que es del siglo IV o V). Los peregrinos besan su pie derecho como señal de adhesión y fidelidad al Papa. Muestra de ello es lo desgastado que se encuentra el pie tras siglos de llevarse a cabo esto. En la fiesta de San Pedro y San Pablo (29 de junio) se la viste con ricos ornamentos.

En los cuatro enormes pilares que sostienen la cúpula hay cuatro grandes nichos con estatuas de santos, con un balcón encima de cada uno, en los cuales, tras sendas rejas, hay relicarios con diversas reliquias: encima de la estatua de San Longinos (el soldado romano que atravesó con su lanza el costado de Cristo, posteriormente convertido al cristianismo) se encuentra la reliquia de la misma Lanza Santa; encima de la estatua de la emperatriz Santa Elena (la madre de Constantino, quien trajo de Tierra Santa las reliquias de la Pasión), se encuentra un gran trozo de la Cruz; encima de la estatua de Santa Verónica (la mujer que según la tradición le secó el rostro a Jesús durante el Via Crucis) se conserva esta misma tela con el rostro de Cristo impreso (lo cual dio origen a la devoción al Divino Rostro); finalmente, encima de la estatua del apóstol San Andrés, hermano de Pedro, se conservaba el cráneo de este apóstol, pero Paulo VI lo regaló a los ortodoxos (quienes veneran especialmente a este santo) como signo de buena voluntad. En lo alto de cada pilar hay también cuatro enormes medallones de mosaico que representan a los cuatro evangelistas con su respectivo animal simbólico.

El altar mayor se lo llama también "altar de la confesión" por estar encima del lugar conocido como "Confesión de San Pedro", lugar donde está enterrado el Apóstol. Se llama así porque según la tradición, en ese lugar fue martirizado, "confesando" de esa manera su fe.

Sobre el Altar Mayor se yergue el Baldaquino de San Pedro, encargado a Bernini en 1624, que representa el concepto de exaltación papal. Fue realizado por Bernini con su padre Pietro como primer oficial y con la colaboración de Borromini a partir de 1629, finalizándose en 1633. El baldaquino se encuentra realizado completamente en bronce sobredorado, combinando elementos escultóricos y arquitectónicos. Este baldaquino, dentro de la concepción miguelangelina de San Pedro como templum, cubre la tumba del apóstol.

Esta es una estructura a medio camino entre la arquitectura y la escultura, utilizando columnas salomónicas por primera vez desde la Antigüedad y tratando de crear un espacio más acorde al espectador. Así sirve de intermediario entre la escala colosal de la basílica y la humana del espectador, antropizando en espacio.

El uso del orden salomónico es un tanto arbitrario, usando en las columnas un canon similar al corintio y con un dado de entablamento sobre ellos, estando unidos estos por guardamalletas imitando decoración textil. El conjunto se halla coronado por cuatro cornapuntas, realizadas por Pietro y Borromini, del cual apreciamos un cierto influjo. Las columnas están decoradas por pámpanos de vid, referencia a la eucaristía, en los cuales liban abejas, en alusión al escudo de los Barberini.

En el fondo de la basílica (el ábside) hay un monumento que representa un enorme trono de bronce, conocido como "la Cátedra de Pedro", símbolo de la potestad del Papa. En realidad, es un relicario que contiene restos de una silla de madera y marfil que, según la tradición, la usaba el mismo San Pedro. Según otros, parece más bien que se trataba del asiento que ocupaba el emperador Constantino en la primitiva basílica. Encima del trono hay dos ángeles de bronce sosteniendo las llaves y la tiara, símbolos de la autoridad papal. Tras él se abre el llamativo ventanal que representa al Espíritu Santo como paloma, rodeado de una vorágine de ángeles y santos. Al pie de este monumento hay un altar usado por el Papa para ciertas ceremonias, llamado precisamente "altar de la Cátedra".

 

LA CÚPULA

La cúpula,  una de las obras arquitectónicas más majestuosas de todos los tiempos, se encuentra justo sobre el altar mayor y la tumba del Apóstol Pedro. Fue diseñada por Miguel Ángel y terminada 24 años después de su muerte por Fontana y Della Porta. Los mosaicos son de Giuseppe Cesari. Sus gigantescas medidas son: diámetro, 42,45 metros, perímetro, 92 metros y altura,136.5 metros. La inscripción que se ve rodeando la base de la cúpula dice: "Tu eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia y te daré las llaves del cielo".  Las letras miden 2 metros de altura.

Se llega a la cúpula mediante un ascensor que sube hasta la terraza de la Basílica (también se puede subir andando). Una vez allí y tras observar la vista de la plaza de San Pedro y la hermosa panorámica de Roma, se entra en la base de la parte circular  de la cúpula por un pasillo curvo asomado dentro de la basílica desde el que es posible admirar de cerca los mosaicos de la cúpula y el interior de la basílica. Se regresa a la terraza y se inicia el ascenso por una estrecha escalera de 340 peldaños que lleva finalmente a la puerta de la parte más alta de la cúpula. A medida que se sube, las paredes se van inclinando cada vez más.  Una vez arriba, se goza de una increíble vista de la ciudad y de sus alrededores.

 

LOS MUSEOS VATICANOS

En el interior de la Ciudad Santa del Vaticano se encuentran los Museos Vaticanos, que pueden recorrerse de manera independiente, dada la enorme amplitud de todos ellos.

La visita puede durar dos horas para ver lo principal y toda la mañana para verlo todo en su conjunto aunque sea por encima.  En el interior hay un restaurante con self-service bastante aceptable.

Desde el inicio del año 2000, los Museos Vaticanos acogen a los visitantes con un nueva entrada, en la que están situados los diferentes servicios destinados al publico (control de seguridad, guardarropa, oficinas de informaciones, oficina para visitas con guía, taquillas, oficina de cambio de moneda extranjera, puestos de venta de publicaciones, nursery, servicio medico de urgencias) que permiten una visita mas agradable al visitante y una orientación del recorrido. La estructura se compone de tres pisos, el tercero aloja una gran sala para la realización de exposiciones y congresos. Desde el segundo piso una gran rampa helicoidal transporta al visitante a las salas de exposición a través del Patio de las Corazas, que está cubierto por una estructura realizada en vidrio y metal.

 

HISTORIA DE LOS MUSEOS VATICANOS

Los Museos Vaticanos nacieron con una pequeña colección privada de esculturas perteneciente a Julio II (1503-1513) situada en el llamado “Patio de las Estatuas del Belbedere” hoy llamado “Patio Octágono”. Los Papas fueron los primeros soberanos que pusieron sus colecciones de arte y sus palacios a disposición de la cultura y del público. Los Museos Vaticanos y las Galerías Pontificias nacen con los pontificados de Clemente XIV(1769-1774) y Pío VI (1775-1799), por esta razón los museos toman el nombre de museo Pio-Clementino. Mas tarde Pío VII (1800-1823) amplió notablemente las colecciones de Antigüedades Clásicas, añadiendo el Museo Chiaromonti y el Brazo Nuevo, y enriqueció la Colección Epigráfica situada en la Galería Lapidaria.

 

Gregorio XVI (1831-1846) fundó el Museo Etrusco (1837) con objetos provenientes de las excavaciones realizadas en la Etruria meridional desde el 1828; el Museo Egipcio (1839) con obras provenientes de exploraciones realizadas en Egipto y con otras que se encontraban ya conservadas en el Vaticano y en el Museo Capitolino; el Museo Profano Lateranense (1844) con estatuas, bajorrelieves, mosaicos de edad romana que no encontraban lugar en los Palacios Vaticanos. Al Museo Profano Lateranense Pío IX (1846-1878) se añadió en 1854 el Museo Cristiano, que comprendía esculturas antiguas con simbología cristiana, especialmente sarcófagos e inscripciones lapidarias. En 1910, bajo el pontificado de San Pío X (1903-1914), fue ampliado con el Lapidario Hebreo: una sección con 137 inscripciones provenientes de antiguos cementerios hebraicos de Roma, en su mayoría triadas del cementerio de la via Portuense, que fueron donadas por los dueños de las tierras, los marquéses de Pellegrini-Quarantotti. Estas últimas colecciones (Museo Gregoriano Profano, Museo Pío Cristiano y Lapidario Hebraico) fueron transferidas, por voluntad de Juan XXIII (1958-1963) desde el Palacio de Lateranense a un nuevo edificio construido expresamente en el Vaticano. En 1970 estas colecciones fueron abiertas otra vez al público.

 

LOS SECTORES DE LOS MUSEOS VATICANOS

 

MUSEOS Y COLECCIONES

Museo Gregoriano Egipcio

En el Museo Gregoriano Egipcio, fundado bajo iniciativa de Papa Gregorio XVI en 1839, se hallan reunidos monumentos y restos del antiguo Egipto, en parte procedentes de Roma y Villa Adriana (Tivoli), lugares a los que se habían trasladado principalmente durante la época imperial, y en otra, pertenecientes a colecciones privadas, es decir, adquiridos de coleccionistas del siglo XIX. El interés de los Papas por Egipto estaba relacionado con el papel fundamental dado a este país por las Sagradas Escrituras en la Historia de la Salvación. El Museo está articulado en nueve salas intercaladas por un amplio hemiciclo que da hacia la terraza del "Nicho de la Piña", en el que se encuentran numerosas esculturas. Las últimas dos salas contienen restos procedentes de la antigua Mesopotamia y de Siria-Palestina.

Antigüedades orientales

Alejandría de Egipto y Palmira

Antigüedades de Palestina

Sala de los relieves asirios

 

Museo Gregoriano Etrusco

El museo fue fundado por Papa Gregorio XVI en 1837 y reúne preferentemente objetos que a partir de 1828 fueron hallados en las excavaciones de las antiguas ciudades de la Etruria meridional (actualmente Lacio septentrional), y en aquel entonces incluidas en el Estado Pontificio. Tras la desaparición de dicho Estado, en 1870 cesan las competencias territoriales del museo, que ya no se verá enriquecido con materiales procedentes de excavaciones, sino exclusivamente con esporádicas adquisiciones de colecciones arqueológicas, todas ellas ya existentes y de extraordinaria importancia: la adquisición de la Falcioni (1898), las donaciones de Benedetto Guglielmi en 1935 y de Mario Astarita en 1967 y la adquisición de la de Giacinto Guglielmi en 1987. En el museo se encuentran presentes materiales de los períodos comprendidos entre el s. IX y el I aJC, desde la edad de hierro hasta la progresiva y definitiva fusión de las ciudades etruscas en la estructura del estado romano. La milenaria historia del pueblo etrusco está representada por cerámicas, bronces, platas y oros que documentan una floreciente artesanía y una peculiar civilización artística. Parte integrante del museo es una gran colección de vasos griegos, aunque fueron hallados en las necrópolis etruscas, y de vasos italiotas (realizados en las ciudades helenizadas de Italia meridional), que permite recorrer la historia de la pintura antigua a través de célebres producciones de alfareros y ceramistas. Anexa al museo etrusco se halla una sección dedicada a las antigüedades romanas (Antiquarium Romanum), procedentes de Roma y Lacio, con bronces, cristales, terracotas arquitectónicas y cerámica de uso común. El museo se encuentra alojado dentro del Palacete de Inocencio VIII (1484-1492) y del anexo edificio de la época de Pío IV (1559-1565), donde se pueden admirar partes importantes de la decoración original, entre las cuales se destacan los frescos de Federico Barocci y Federico Zuccari (1563) y de Santi di Tito y Niccolò Circignani delle Pomarance (1564).

Antiquarium romanum

Colección de los Vasos

Museos de Antigüedades Clásicas

Museo Pío Cristiano (con lapidas cristianas y hebreas)

 

Pinacoteca

El 27 de octubre de 1932 se inauguraba la nueva Pinacoteca Vaticana en el edificio expresamente construido por el arquitecto Luca Beltrami según los deseos y las directrices de Pío XI. Surge en una parte del Jardín Cuadrado del siglo XIX, aislado y rodeado completamente por avenidas, en una plaza que se ha considerado apta para dar las mejores condiciones de luz en relación con la correcta conservación de las obras, así como una óptima valorización estética de las mismas. De esta manera se daba por resuelta la vieja cuestión concerniente a la exposición de las pinturas, trasladadas continuamente dentro de los Palacios Apostólicos frente a la falta de una sede adecuada a su importancia. Una primera colección de sólo 118 valiosas pinturas fue creada por el papa Pío VI alrededor de 1790, la cual duró poco ya que, tras el Tratado de Tolentino (1797), algunas de las obras de arte más importantes fueron transferidas a Paris. La idea de una Pinacoteca, considerada en sentido moderno como exposición abierta al público, surge sólo en 1817 tras la caída de Napoleón y la consiguiente restitución al Estado de la Iglesia de gran parte de las obras de su pertenencia, según las directrices del Congreso de Viena. La colección ha seguido creciendo durante el tiempo mediante donaciones y adquisiciones hasta alcanzar el núcleo actual de unos 460 cuadros, colocados en las dieciocho salas según criterios cronológicos y de escuela, por parte de los llamados Primitivos (siglos XII-XIII) al siglo XIX. La colección incluye algunas obras maestras de los mayores artistas de la historia de la pintura italiana, de Giotto al Beato Angélico, de Melozzo da Forlì al Perugino y a Rafael, de Leonardo a Tiziano, el Veronés, Caravaggio y Crespi.

Tapices

Cerámica (S.IX – XVIII)

Micromosaicos

Colección de Arte Religioso Moderno

 

Museo Misionero-Etnológico

El Museo Misionero-Etnológico fue fundado por el Papa Pio XI con el Motu Proprio Quoniam tam praeclara el 12 de noviembre de 1926, tras la conclusión de la Exposición Universal Misionera que el mismo Pontífice había propesto con motivo del Año Santo de 1925. El 1° de febrero de 1927 se inaugura el museo en la sede del Palacio de Letrán, donde quedó hasta 1963. En 1973, bajo el pontificado de Pablo VI, fue reorganizado en la actual sede del Vaticano. El núcleo original de la colección, de unas 40.000 obras, había sido seleccionado por una comisión especial, en la que participó activamente el Padre Wilhelm Schmidt, entre 100.000 objetos procedentes de todo el mundo ofrecidos al Papa por particulares, misiones y 400 Diócesis para la gran Exposición de 1925. Con el pasar de los años, la primitiva colección se enriqueció de nuevas adquisiciones y donaciones regaladas a los Pontífices, entre las cuales cabe recordar la colección del Museo Borgia de Propaganda Fide, la de numismática china del Padre José Kuo, los retratos de yeso de las poblaciones amerindias realizados por el escultor alemán Ferdinand Pettrich y también la colección de descubrimientos prehistóricos de la Escuela Británica de Arqueología de Jerusalén y la preciosa colección de objetos ceremoniales de la zona de Sepik (Nueva Guinea) del Padre Kirschbaum. La colección actual del museo, que asciende a unas 80.000 obras, se halla estructurada en dos Recorridos diferentes. En el primero, abierto al público, se exponen objetos principalmente de tipo religioso, procedentes de cuatro zonas geográficas (Asia, Oceanía, África, América); a este recorrido se une un sector llamado "Síntesis Misionera" que reúne obras realizadas después de la evangelización.

En el segundo recorrido, las colecciones, siempre organizadas siguiendo criterios geo-culturales, abarcan esencialmente producciones de sociedades diferentes, conservadas en depósitos, que se pueden visitar a pedido.

Museo Sacro

Museo (Gregoriano) Profano

Museo Histórico Vaticano

 

PALACIOS PONTIFICIOS

Palacete del Belvedere

Galerías superiores (de los Candelabros, de los Tapices, de las Cartas Geográficas)

Aposentos de San Pío V

Sala delle Dame

Sala de la Inmaculada

 

Habitaciones de Rafael

Las cuatro estancias, llamadas de Rafael, eran parte de los aposentos situados en el segundo piso del Palacio Pontificio, escogidos por Julio II della Rovere (pontífice desde 1503 hasta 1513) para su residencia personal y utilizados también por sus sucesores. La decoración pictórica fue realizada por Rafael y sus discípulos entre 1508 y 1524.

Estancia de Constantino. La sala, destinada a recepciones y ceremonias oficiales, fue decorada por la escuela de Rafael, basándose en los dibujos del maestro, muerto prematuramente antes de acabar los trabajos (1520). La sala toma el nombre de Constantino (306-337 d.C.), primer emperador romano en reconocer oficialmente la religión cristiana y conceder la libertad de culto. En las paredes se hallan representados cuatro episodios de su vida que testimonian la derrota del paganismo y el triunfo de la religión cristiana: la Visión de la Cruz, la Batalla de Constantino contra Majencio, el Bautismo de Constantino y la Donación de Roma. La decoración de la sala se concluye con importantes pontífices y figuras alegóricas de Virtudes a los lados. El techo de madera originario de León X (pontífice desde 1513 hasta 1521) fue reemplazado, bajo el pontificado de Gregorio XIII (desde 1572 hasta 1585), con la bóveda actual, cuya decoración se encargó, por orden del pontífice a Tomás Laureti quien representó en el recuadro central el Triunfo de la Religión Cristiana. Los trabajos se concluyeron a finales de 1585 bajo el pontificado de Sixto V (desde 1585 hasta 1590).

Estancia de Heliodoro.

Esta estancia estaba destinada antiguamente a las audiencias privadas del pontífice y fue decorada por Rafael inmediatamente después de la estancia del Sello. El programa pictórico es político, con miras a documentar, en diferentes momentos históricos desde el Antiguo Testamento hasta la época medieval, la milagrosa protección concedida por Dios a la Iglesia amenazada en su fe (Misa de Bolsena), en la persona del pontífice (Liberación de San Pedro), en su sede (Encuentro de León Magno con Atila) y en su patrimonio (Expulsión de Heliodoro del Templo). Estos fueron escogidos también para expresar el programa político de Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513), tendente a liberar Italia, ocupada en aquel momento por los Franceses, para devolver al papado el poder temporal amenazado. En la bóveda le inspiran a Rafael los cuatro episodios del Antiguo Testamento, mientras que en los grutescos y arcadas se conservan algunas partes que se atribuyen a Luca Signorelli, Bramantino, Lorenzo Lotto y Cesare da Sesto. Estas pinturas se remontan a la primera decoración encargada por Julio II a comienzos de su pontificado, interrumpida y luego sustituida por la actual, debido a la enorme admiración despertada en el pontífice por los primeros frescos de Rafael en la Estancia del Sello contigua.

Estancia del Sello. La Estancia del Sello contiene los frescos más famosos de Rafael, los cuales constituyen el inicio del gran artista en el Vaticano, señalando asimismo el comienzo del Renacimiento pleno. La habitación toma el nombre del más alto tribunal de la Santa Sede, la "Segnatura Gratiae et Iustitiae", presidido por el pontífice, quien solía reunirse en esta sala en torno a mediados del siglo XVI. Originariamente la estancia fue destinada por Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513) como biblioteca y estudio privado: el programa iconográfico de los frescos, realizados entre 1508 y 1511, se une a esta función. Dicho programa fue establecido, sin lugar a dudas, por un teólogo y se propone representar las tres categorías máximas del espíritu humano: la Verdad, el Bien y la Belleza. La Verdad sobrenatural se describe en la Disputa del Santísimo Sacramento (la teología), mientras que la realidad racional está plasmada en la Escuela de Atenas (la filosofía); el Bien se aparece en la representación de las Virtudes Cardinales y Teologales de la Ley, mientras que la Belleza en el Parnaso con Apolo y las Musas. Los frescos de la bóveda se unen a las escenas situadas debajo: las figuras alegóricas de la Teología, Filosofía, Justicia y Poesía aluden, en efecto, a las facultades del espíritu pintadas en las paredes correspondientes. Bajo el pontificado de León X (desde 1513 hasta 1521) la estancia fue destinada a escritorio y cuarto para la música, en la que el pontífice guardaba también su colección de instrumentos musicales. La decoración original de la época de Julio II fue quitada y reemplazada con un nuevo revestimiento de madera, obra de Fray Giovanni da Verona, que se extendía en todas las paredes, excepto en la del Parnaso, en donde la misma decoración, aún visible en nuestros días, por motivos de espacio fue realizada al fresco. El revestimiento de madera, en cambio, probablemente quedó destruido a raíz del Saqueo de Roma de 1527 y en su lugar, durante el pontificado de Pablo III (pontífice desde 1534 hasta 1549), Perin del Vaga pintó un zócalo con claroscuros.

Estancia del Incendio de Borgo. La estancia fue utilizada durante el pontificado de Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513) para las reuniones del más alto tribunal de la Santa Sede: la Segnatura Gratiae et Iustitiae, presidido por el pontífice. A esta función se relacionan las pinturas de la bóveda, encargadas por el papa a Pietro Vannucci, llamado el Perugino, en 1508. En la época de León X (pontífice desde 1513 hasta 1521) la estancia fue destinada a comedor y el encargo de pintar al fresco las paredes fue dado a Rafael, quien confió gran parte de la realización de ésta a sus alumnos. El trabajo fue terminado entre 1514 y 1517. Los frescos ilustran las aspiraciones políticas de León X a través de historias sacadas de las vidas (narradas en el Liber Pontificalis) de dos papas anteriores con el mismo nombre: León III (Coronación de Carlomagno y Justificación de León III) y León IV (Incendio de Borgo y Batalla de Ostia). En todos los episodios el papa coge el aspecto del pontífice reinante, León X. En las monocromías del zócalo se describen seis figuras sentadas de emperadores y soberanos protectores de la Iglesia.

 

Sala de los Claroscuros

Capilla Nicolina

Capilla de Urbano VIII

 

Capilla Sixtina

La Capilla Sixtina debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484) quien hizo reestructurar la antigua Capilla Magna entre el año 1477 y el 1480. La decoración del s. XV de las paredes incluye: las falsas cortinas, las Historias de Moisés (paredes sur-entrada) y de Cristo (paredes norte-entrada) y los retratos de los Pontífices (paredes norte-sur-entrada). Fue realizada por un equipo de pintores formado originariamente por Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, coadyuvados por sus respectivos talleres y por algunos de sus colaboradores más estrechos entre los que destacan Biagio di Antonio, Bartolomeo della Gatta y Lucas Signorelli. Sobre la bóveda, Pier Matteo d’Amelia pintó un cielo estrellado. La realización de los frescos tuvo comienzo en 1481 y se concluyó en 1482. A esta época se remontan también las siguientes obras en mármol: el tranqueo, el coro, y el escudo pontificio encima de la puerta de entrada. El 15 de agosto de 1483 Sixto IV consagró la nueva capilla a la Asunción de la Virgen y la dedicó a ella. Julio II della Rovere (pontífice desde 1503 hasta 1513), sobrino de Sixto IV, decidió modificar parcialmente la decoración de ésta, confiando el encargo a Miguel Ángel en 1508, quien pintó la bóveda y los lunetos, en la parte alta de las paredes. En octubre de 1512 el trabajo había terminado y el día de Todos los Santos (1° de noviembre), Julio II inauguró la Sixtina con una misa solemne. En los nueve recuadros centrales se hallan representadas las Historias del Génesis, desde la Creación hasta la Caída del hombre, el Diluvio y el nuevo renacer de la humanidad con la familia de Noé.

Es probable que exista una referencia a la Primera Carta de Pedro (3.20-22), en la que el agua del diluvio es considerada como señal profética del agua del Bautismo, de la cual surge una humanidad nueva, o sea, la de los salvados por Cristo. En los espacios entre las enjutas aparecen sentados sobre tronos monumentales, cinco Sibilas y siete Profetas. En las cuatro pechinas angulares se observan las Salvaciones milagrosas de Israel, mientras que en las enjutas y lunetos (paredes norte-sur-entrada) se ven los Antepasados de Cristo. Hacia fines de 1533 Clemente VII de Medici (pontífice desde 1523 hasta 1534) encargó a Miguel Ángel que modificara una vez más la decoración de la Sixtina pintando en la pared del altar el Juicio Universal. Esta nueva intervención ocasionó la pérdida de los frescos del siglo XV, es decir, del retablo con la Virgen Asunta entre los Apóstoles y los primeros dos episodios de las Historias de Moisés y Cristo, pintados por Perugino. En este fresco, Miguel Ángel quiso representar el retorno glorioso de Cristo a la luz de los textos del Nuevo Testamento (Mateo 24.30-31; 25.31-46; Carta a los Corintios I, 15.51-55). El artista inició la grandiosa obra en 1536 durante el pontificado de Pablo III y la concluyó en el otoño de 1541. Miguel Ángel, sirviéndose de sus extraordinarias capacidades artísticas, ha tratado de traducir en formas visibles la invisible belleza y majestad de Dios y guiado por la palabras del Génesis ha hecho de la Capilla Sixtina "el santuario de la teología del cuerpo humano" (Homilía pronunciada por Su Santidad Juan Pablo II, el 8 de abril de 1994). En la segunda mitad del siglo XVI, se rehicieron los frescos de la pared de entrada: Hendrik van den Broeck volvió a pintar la Resurrección de Cristo del Ghirlandaio, mientras que Mateos de Lecce lo hizo con la Disputa sobre el cuerpo de Moisés del Signorelli, que habían sido gravemente dañados a raíz de la caída de la puerta en 1522. Los frescos de la Capilla Sixtina han sido restaurados completamente entre 1979 y 1999. Dicha intervención ha incluido incluso las partes marmóreas, es decir, el coro, la tranquea y el escudo de Sixto IV. En la Capilla se celebran las reuniones del Conclave para elegir al Sumo Pontífice.

La Bóveda

La decisión de Julio II de volver a decorar totalmente la bóveda se debió tal vez a los serios problemas de naturaleza estática que afectaban a la Sixtina desde los primeros años de su pontificado (1503-1513). Éstos tienen que haber sido la consecuencia de las excavaciones, realizadas tanto al norte como al sur del edificio, con motivo de la construcción de la Torre Borgia y de la nueva Basílica. Tras abrirse una larga grieta en la bóveda en mayo de 1504, se encargó a Bramante, en aquel entonces arquitecto de Palacio, que pusiera remedio; éste colocó unas cadenas en el local ubicado sobre la Capilla. Sin embargo, los daños sufridos por las antiguas pinturas tienen que haber sido tantos, que convencieron al pontífice para encargar a Miguel Ángel una nueva decoración pictórica. El 8 de mayo de 1508 el artista firmó el contrato que incluía la realización de doce apóstoles en las pechinas y en la parte restante, motivos ornamentales. Más tarde, bajo petición de Buonarroti en persona, quien consideraba el proyecto "cosa pobre", el papa le dio un nuevo encargo, en el se concedía al artista plenos poderes para desarrollar sus ideas. Sin embargo, es probable que el pintor haya recurrido a la colaboración de teólogos de la corte papal para realizarlo. En la parte interior Miguel Ángel plasmó nueve Historias centrales, que describen episodios del Génesis, con figuras de Desnudos a los lados, que sostienen medallones con escenas del Libro de los Reyes. En la base de la estructura arquitectónica, doce Videntes, es decir, Profetas y Sibilas, están sentados en tronos monumentales a los que se contraponen más abajo los Antepasados de Cristo, representados en las Enjutas y Lunetos (pared norte, pared sur y pared de entrada). Por último, en las cuatro Pechinas angulares, el artista representó algunos episodios de la milagrosa salvación del pueblo de Israel. En agosto de 1510, Miguel Ángel dio por terminada la primera mitad de la bóveda, o sea, desde la pared de entrada hasta la Creación de Eva. El trabajo tuvo que haber finalizado antes del 31 de octubre de 1512, ya que el 1° de noviembre el Papa celebró misa en la Capilla.

El Juicio Universal

La grandiosa composición realizada por Miguel Ángel entre 1536 y 1541, se concentra en torno a la figura dominante del Cristo, representado en el instante que precede a la emisión del veredicto del Juicio (Mateo 25. 31-46). Su gesto, imperioso y sereno, parece al mismo tiempo llamar la atención y aplacar la agitación circundante: con esllo se inicia un amplio y lento movimiento rotatorio en el que se ven involucradas todas las figuras. Quedan fuera de éste los dos lunetos dd arriba, con grupos de ángeles que llevan en vuelo los símbolos de la Pasión (a la izquierda, la Cruz, los dados y la corona de espinas; a la derecha, la columna de la Flagelación, la escalera y la lanza con la esponja bañada de vinagre). Al lado de Cristo se halla la Virgen, que tuerce la cabeza en un gesto de resignación: en efecto, ella ya no puede intervenir en la decisión, sino sólo esperar el resultado del Juicio. Incluso los Santos y los Elegidos, colocados alrededor de las dos figuras de la Madre y del Hijo, esperan con ansiedad el veredicto. Algunos de ellos se pueden reconocer con facilidad: San Pedro con las dos llaves, San Lorenzo con la parrilla, San Bartolomé con el que se suele identificar el autorretrato de Miguel Ángel, Santa Catalina de Alejandría con la rueda dentada, San Sebastián de rodillas con las flechas en la mano. En la franja de abajo, en el centro, los ángeles del Apocalipsis despiertan a los muertos al son de largas trompetas; a la izquierda, los resucitados que suben hacia el cielo recomponen sus cuerpos (Resurrección de la carne); a la derecha, ángeles y demonios compiten para precipitar a los condenados en el infierno. Por último, abajo, Caronte a golpes de remo, junto con los demonios, hace bajar a los condenados de su barca para conducirlos ante el juez infernal Minos, con el cuerpo envuelto por los anillos de la serpiente. En esta parte es evidente la referencia al Infierno de la Divina Comedia de Dante Alighieri. Al mismo tiempo que numerosos elogios, el Juicio suscitó entre sus contemporáneos reacciones violentas, como por ejemplo la del Maestro de Ceremonias Biagio da Cesena, quien dijo que "era cosa muy deshonesta en un lugar tan honorable haber realizado tantos desnudos que deshonestamente muestran sus vergüenzas y que no era obra de Capilla del Papa, sino de termas y hosterías". Las polémicas, que prosiguieron por años, hicieron que la Congregación del Concilio de Trento en 1564 tomase la decisión de hacer cubrir algunas de las figuras del Juicio consideradas "obscenas". El encargo de pintar drapeados de cobertura, las llamadas "bragas" fue dada a Daniel de Volterra desde entonces conocido como el "braghettone". Las "bragas" de Daniel fueron sólo las primeras, en efecto, otras se añadieron en los siglos sucesivos.

Apartamentos Borja

Salón Sistino

Sala de las Bodas Aldobrandinas

Galerías inferiores (Galería de Urbano VIII, Sala Alejandrina, Galería Clementina)

 

OTROS EDIFICIOS VATICANOS

 

CASTILLO DE SANT’ANGELO

Esta imponente fortaleza se construyó en el año 135 de nuestra era para servir como mausoleo del emperador Adriano, fue una prisión en la Edad Media y en el Renacimiento, residencia de los papas. La tumba original, revestida de mármol, se elevaba en seis niveles como una monumental tarta nupcial. En la cima se alzaba una colina artificial con cipreses y esculturas; la más imponente representaba al emperador Adriano en un carro sujetando a tres caballos encabritados. Resulta difícil orientarse en el interior del castillo por las numerosas reformas llevadas a cabo a lo largo de su historia. Nada más entrar, a la izquierda, hay un modelo a escala del mausoleo del emperador Adriano y más allá otro que muestra el edificio convertido en fortaleza medieval.

Para entrar en el castillo propiamente dicho hay que bajar hasta el nivel inferior y una vez allí subir por una rampa de ladrillo en espiral que data de la Roma antigua y que conduce a una gran sala abovedada (la cámara de las urnas), donde se guardaban las cenizas de los emperadores. Los tablones de madera se bajaban para impedir que el enemigo llegara a la parte superior de la fortaleza. Se retrocede hasta el Cortile delle palle, un antiguo almacén de municiones en el que aún se pueden ver sobre los muros las placas que indicaban el número y medida de las bolas de cañón. A la izquierda encontramos las estancias privadas del papa Pablo III. Hay que visitar, también, la colección de armas medievales y renacentistas que alberga el edificio de la planta inferior, a la derecha. Entre las estancias del papa Clemente VIII, exquisitamente  decoradas  por la escuela de Rafael, se destaca la que estaba destinada al aseo personal del papa en la que el pontífice se hizo instalar una tina para baños calientes. El acceso a estas habitaciones es complicado. Desde los parapetos que hay en lo alto de la escalera se goza de espléndidas vistas de la ciudad. Se visitan luego las elegantes salas de los dos pisos superiores, residencia de los papas durante la Edad Media y el Renacimiento: la Sala Paolina con sus maravillosos frescos, la pequeña Sala de Justicia, el Dormitorio Papal, antaño decorado con tapices y la Sala del Tesoro con un inmenso baúl de metal. Al final de las escaleras, junto a la escultura del arcángel San Miguel, está la terraza más alta del castillo. Sus vistas son espectaculares. Es aquí donde tiene lugar la escena del último acto de Tosca (opera de Puccini) en la que la heroína se suicida saltando al vacío.

 

LAS BASÍLICAS.

Basílica de San Juan de Letrán

Piazza di San Giovanni in Laterano, 4

Fundada por Constantino en el siglo IV, es la catedral de Roma. En el transcurso de su historia fue destruida y vuelta a levantar en diversas ocasiones tomando su forma actual en el siglo XII. La fachada fue construida por Alessandro Galilei, célebre arquitecto, en el año 1753. En lo alto de su barandilla se alzan 15 estatuas que representan a Cristo y a los Doctores de la Iglesia. En el pórtico de la izquierda se puede admirar la estatua de Constantino procedente de las Termas Imperiales del Quirinal. Al igual que en la Basílica de San Pedro del Vaticano, cuenta con  una  Puerta Santa que sólo se abre en los años jubilares. El interior de la basílica tiene 130 metros de largo y fue realizado por importantes arquitectos, entre ellos, Bernini.  La inmensa nave central tiene como telón de fondo el imponente tabernáculo realizado en la segunda mitad del siglo XIV, en el que hay unos frescos atribuidos a Pirro Ligorio. Guardados en preciosas cajas de plata se conservan las reliquias de los restos de las cabezas de San Pedro y de San Pablo. Debajo del tabernáculo está el Altar Papal, encargado por Urbano V en el año 1367, en el que sólo el Papa puede celebrar la Santa Misa.

 

Basílica de Santa María la Mayor

Via Liberiana, 27

La iglesia paleocristiana fue erigida por el Papa Liborio entre el año 356 siguiendo las indicaciones de un patricio que había recibido un mensaje de la Virgen que le ordenó levantar un templo sobre un paisaje nevado en el monte Esquilino (por ello  se llama también también Santa María de las Nieves).

Es la mayor de las muchas iglesias dedicadas a la Virgen y para muchos autores es la más antigua de las basílicas romanas. La domina el campanario más alto de Roma, de estilo románico.

Esta basílica ha pasado por bastantes vicisitudes a través de los tiempos. Situada en el Esquilino, una de las siete colinas de Roma, durante la República era necrópolis y paseo público bajo el Imperio de Augusto, donde el opulento Mecenas tenía unos jardines. Allí estaba la torre desde la cual contempló Nerón el incendio de Roma y allí había un templo dedicado a la diosa Juno, al que acudían las parejas de novios para implorar sus buenos auspicios. Aquí quiso la Reina del Cielo poner su morada. En el corazón de la urbe introduce su planta virginal y Roma se abrirá al amor de la Madre. Aún no estaba consagrada a María y era designada como basílica Sociniana. Allí habían luchado los partidarios del papa Dámaso con los secuaces del antipapa Ursino. a finales del siglo IV. Es conocida también como basílica Liberiana por su fundador, el papa Liborio, que es el papa del sueño milagroso.

Hoy Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma cuya visita es necesaria para ganar el jubileo del año santo. Actualmente es una de las iglesias más ricas y bellas de la ciudad de Roma, que conserva muy bien su carácter de basílica antigua.

Sobre el altar mayor hay una imagen de María del siglo XIII, atribuida a San Lucas y en la nave se halla el monumento a la Reina de la Paz, erigido por Benedicto XV cuando terminó la primera guerra mundial. Su artesonado está dorado con el primer oro que Colón trajo de América.  Santa María de las Nieves es una de las advocaciones más bellas de la Santísima Virgen. Ella, que es la Madre de Dios, Inmaculada, Asunta al cielo, Virgen de la Salud y del Rocío, es también Nuestra Señora de las Nieves.

 

Basílica de San Pablo Extramuros

Via Ostiense, 186

Una abadía nullius. Ya en el 200, el camposanto del gran Apóstol en la Vía Ostia fue marcado por una cella memoriæ cerca de la cual se establecieron las Catacumbas de Comodilla. Constantino, según el "Liber Pontificalis", la transformó en basílica; en el 386 Teodosio empezó a levantar una basílica mucho más grande y bonita, pero el trabajo, incluyendo los mosaicos, no se completó hasta el pontificado de San León el Grande. El poeta cristiano, Prudencio, describe el esplendor del monumento en unas expresivas líneas. Como también estaba dedicada a los Santos Taurino y Herculano, mártires de Ostia en el siglo quinto, la basílica se llamó Trium Dominorum. De la antigua, solo queda la porción interior del ábside con el arco triunfal y los mosaicos, más recientes. Los mosaicos del ábside y el tabernáculo de la confesión de Arnulfo del Cambio pertenecen al siglo XIII

En la antigua basílica cada papa tenía su retrato en un friso extendido por encima de las columnas que separan las cuatro alas y naves. En 1823 un fuego, comenzado por la negligencia de un trabajador que estaba reparando el techo principal, produjo la destrucción de la basílica. De todas las iglesias de Roma, ésta, exclusivamente, había conservado su carácter primitivo durante mil cuatrocientos treinta y cinco años. El mundo entero contribuyó a su restauración. El Khedive de Egipto envió pilares de alabastro, y el Emperador de Rusia las preciosas malaquita y lapis lazuli para el tabernáculo. El trabajo en la fachada principal, que mira hacia el Tiber, fue completado por el Gobierno italiano que declaró a la iglesia monumento nacional. El interior de las paredes de la nave están adornadas con escenas de la vida de San Pablo en dos serie de mosaicos (Gagliardi, Podesti, Balbi, etc). El elegante claustro del monasterio se erigió entre 1220 y 1241. La sacristía contiene una delicada estatua de Bonifacio IX.

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