GUIAS DE CIUDAD CON ESCALA DE CRUCEROS (MED. ORIENTAL)
KATAKOLON (Descarga guía con planos en pdf) (Versió català)
Pequeña población en la costa occidental de Grecia con no más de 600 habitantes. Está englobada en el municipio de Pyrgos, 12 kms al sur de Patras y 38 kilómetros al oeste de Olimpia. Su pequeño puerto es el más importante de Pyrgos. Se dedicaban básicamente a la pesca, pero al convertirse en escala de cruceros siendo el puerto más cercano a las ruinas de Olimpia, se ha incrementado la actividad turística. Su situación es en una península rodeada de pequeñas colinas pobladas de bosques. Destaca un faro que data de 1.865. Algunos edificios se reconstruyeron tras la II Guerra Mundial y la Guerra civil griega. Pero lo más destacado es Olimpia, aunque también se puede visitar la antigua bodega Mercouri Estate, a solo 5 kms o disfrutar de un día de playa, siendo la mejor la de Skafidia, al lado del hotel Olímpian Village o Aldemar. Otras playas: Agios Andreas a 4 kms, Kourouta a 25 kms y Zacharo a 45 kms.
OLIMPIA
Ciudad de la antigua Grecia situada en el Peloponeso. Al pie del monte Cronio y en la orilla derecha del río Alfeo. La ciudad actual vive del turismo, formado por hoteles, restaurantes y tiendas de recuerdos colocados a ambos lados de la carretera principal. Podemos visitar un museo dedicado a los juegos olímpicos. Los restos arqueológicos de Olimpia son Patrimonio de la Humanidad desde 1.989.
UN POCO DE HISTORIA DE OLIMPIA
Famosa por ser sede de los primeros Juegos Olímpicos, de los que se tiene constancia fueron en el 776 a. C. y fueron abolidos por el emperador Teodosio a finales del s. IV. También destacó como centro religioso y por su enorme estatua de oro y marfil de Zeus realizada por Fidias tras derrotar a los persas en la Segunda Guerra Médica, y que fue una de las Siete Maravillas del Mundo. Sus muchos tesoros de sus templos fueron saqueados por los arcadios. Fue protectorado de Alejandro Magno desde el 342 a. C. Con la dominación romana, Olimpia prosperó, sobre todo en la zona denominada Altis, en el que Nerón mandó construir un palacio. La decadencia llegó con la muerte de Adriano y en el 324 se celebraron los últimos juegos. Los bárbaros asolaron la ciudad, reduciéndola a una pequeña aldea que acabó abandonada y enterrada por los aluviones del río Alfeo, hasta que en 1.875 fue rescatada por los arqueólogos. Las primeras excavaciones datan de 1.829 por los franceses y continuadas por alemanes hasta final de ese siglo, descubriendo la estatua de Hermes obra de Praxíteles intacta, y también otros objetos. El estadio fue desenterrado a mitad del s. XX. Lo más destacado junto al Museo que recoge los tesoros encontrados son el templo de Zeus, el estadio y el templo de Hera. La Llama Olímpica de cada uno de los Juegos Olímpicos actuales nace aquí siendo encendida en los restos del altar de Hera con el reflejo de la luz solar en un espejo parabólico, iniciando el periplo hasta la sede de los Juegos. Acogió las pruebas de lanzamiento de peso en los Juegos Olímpicos de 2004, celebrados en Atenas.
EL RECINTO SAGRADO
El santuario de Olimpia lo encontramos en un bosque de pinos y está formado por:
– Altis o recinto sagrado, de 200 x 177 metros, albergaba los templos y edificios relacionados con la administración de los Juegos. Rodeado por un muro bajo que delimitaba el terreno consagrado a los dioses. Los edificios religiosos más relevantes eran el Heraion o Templo de Hera y el Templo de Zeus Olímpico.
– La zona deportiva, dispuesta en forma de U rodeando el Altis y albergando la zona para los atletas, donde se alojaban, entrenaban y competían, la palestra, el estadio, el hipódromo, un gimnasio, la Gran Hostería de Leonideo,el Pritaneo y el Bouleutérion.
El Templo de Hera o Heraeion, dórico, data de 600 a. C. sobre 2 templos anteriores siendo uno de los primeros edificios construidos. Las primeras columnas eran de madera y adobe y fueron cambiándose por piedra. En su interior estaba la estatua de Hermes con Dionisos, de Praxíteles, ahora en el Museo de Olimpia. Entre el Heraeion y el estadio había muchas capillas o tesoros. El Templo de Zeus es el mayor de todo el Peloponeso, con unas dimensiones de más de 64 x 27 metros. Construido por el arquitecto Libón de Élide en el s. V a.C. en honor de Zeus Olímpico con el botín conseguido en la guerra contra Pisa y Trifilia por los Eleos. Es dórico, con 6 columnas en la fachada y 13 a los lados. Un terremoto lo derrumbó en el s. VI d. C. y tal como quedaron siguen sus restos, lo que nos deja ver cómo estaban formadas las columnas de los templos griegos, con piezas superpuestas encajadas como en los actuales juegos de construcción. En el Museo podemos ver casi intacta la decoración escultórica de sus metopas y frontones, en mármol. Las doce metopas representan los doce trabajos de Hércules. El frontón oriental muestra los instantes previos a la mítica carrera de carros entre Pélope y Enómao y el occidental la lucha entre lapitas y centauros.
Tras cruzar la entrada se encontraba la estatua de Zeus Olímpico, 12 metros de altura, obra de Fidias que fue considerada una de las siete maravillas del Mundo. Transportada en el s. IV a Constantinopla y más tarde destruida por un incendio. Pelopio, altar construido en honor a Pelope, que dio nombre al Peloponeso. El Filipeion, edificio jónico circular iniciado por Filipo II de Macedonia en el s. IV a.C. tras la victoria de Queronea y terminado por su hijo Alejandro. En su interior estaban las estatuas de las princesas y príncipes de Macedonia.
Rodeando el Altis tenemos la Palestra, del s. III a. C. Era el lugar de encuentro de los atletas, que iniciaban los entrenamientos un mes antes de los Juegos, también era lugar de alojamiento y entrenamiento. En su patio central de arena entrenaban boxeo, salto y lucha, a su alrededor, de columnas dóricas, estaba el gimnasio, roperos, baños, vestuarios y salas de alojamiento. El Gimnasio data del s. II a. C. Era grande, al aire libre con galerías a los cuatro lados. Aquí se entrenaban los atletas de carreras y pentatlón. Todavía podemos ver las galerías este y sur. El Leonidaion fue el mayor edificio de Olimpia. Construido en el s. IV a.C. para alojar visitantes e invitados VIP de los Juegos. En el centro había un estanque. El Estadio Olímpico era una pista situada en una explanada rectangular de arena de casi 193 metros de longitud en la que se celebraban las pruebas de carrera, lucha y pentatlón. El estadio tal como lo vemos es del s. V a. C. Lo habitual era que no hubiera gradas para público, que llegaron en la época romana. Los jueces ocupaban una tribuna de madera. Su capacidad era de unas 45.000 personas, pero sólo los nobles y personas influyentes tenían acceso. El resto de personas podían verlos desde la colina próxima al estadio. El acceso al estadio era por una pasadizo cubierto por varios arcos. El Hipódromo, del que no se conserva nada, estaba al sur del Estadio. En él se realizaban las carreras de caballos y carros dando vueltas al muro central. Medía como 2 estadios.
OTROS EDIFICIOS.
-.El Pritaneo, donde se proclamaban de campeones y eran mantenidos a costa del Estado los 50 senadores de Atenas investidos del título de pritanos.
– El Bouleuterion. palacio del Senado Olímpico donde los atletas juraban las reglas de los Juegos.
– Taller de Fidias, transformado en basílica paleocristiana en el s. V.
– El Theicoleon, vivienda de los sacerdotes y sirvientes del templo.
– Metroo, templo dórico de principios del s. IV a.C
VISITA POR LIBRE
Es casi obligado visitar las ruinas de la antigua Olimpia, la alternativa es descansar, aprovechando las terrazas junto al mar y comprar algún souvenir. También podemos dedicar el día a la playa, desplazándonos en taxi o alquilando algún coche.
Si decidimos visitar Olimpia, la distancia es de 38 km, unos 35 minutos en coche o 50 en tren. Una vez allí necesitaremos entre hora y hora y media para la visita de los restos arqueológicos, y otro tanto para el Museo, Las indicaciones están en inglés, francés y alemán. Hay una entrada combinada para acceder a ambos recintos, que resulta mejor que la compra por separado. Si la escala es larga, también se pueden visitar las tiendas en la ciudad nueva, mayor que Katakolon y visitar el museo de los Juegos Olímpicos, que está abierto hasta las 15. Para ir a Olimpia por libre hay tres opciones:
Taxi: están a la salida del muelle. El precio normal por ir y hora y media de permanencia ronda los 100 euros, pero se puede regatear y pedir incluir alguna playa, por ejemplo, en este caso el precio está sobre los 50 euros/hora.
Coche de alquiler : recomendable alquilarlo previamente pues no hay demasiados. No es difícil llegar y bastará con las indicaciones de la casa de alquiler, mejor que los carteles en griego, que en todo caso siempre identificarán Olimpia como Ολυμπία.
Tren : es la opción más económica con una línea muy reciente, trenes modernos que en horas punta van repletos. El billete ronda el euro por trayecto si hace paradas y algo menos de 2 si es el Express(E). Horarios aproximados de ida: 08:36 (E), 11:06, 12:52(E), 14:51(E). Horarios aproximados de regreso: 11:27, 13:46(E), 15:42(E). La estación la encontramos al final de la calle comercial de Katakolon, según donde estemos atracados podemos necesitar 15 minutos o más para llegar a ella, atención a la hora de regreso. Olimpia es final de línea, saliendo por la parte de atrás de la estación en apenas 5 minutos llegamos al museo y en otros 5 a la entrada del recinto arqueológico. Si hay más de un barco ese día y muchos pasajeros a la ida, ir con cuidado para que no se llene el tren de vuelta.
EL RECINTO ARQUEOLOGICO
Es espectacular por los edificios, aunque muchos en ruinas, y por su entorno natural. Caminos rodeados de árboles y flores. Lo primero que encontramos es el gimnasio, del s. II a. C. Más al sur, la Palestra o escuela de lucha, lugar de entrenamiento los participantes olímpicos, parcialmente restaurado. A continuación llegamos a la casa de los Sacerdotes o Theokoleon, con el taller de Fidias, en el que esculpió la estatua gigante de Zeus, considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo. Veremos también el recinto sagrado de Zeus, destacando el templo de Zeus por su extensión, aunque solo quedan sus ruinas. Al norte y sobre un montículo boscoso se levantó el altar a Penélope, y al sur veremos la cámara del consejo o Buleuterion, con el altar de los juramentos. Otros puntos de interés son el templo de Hera, el mejor conservado, construido en el s. VI, el Ninfeo, de época de Herodes Ático. Tras el Ninfeo vemos los doce tesoros, larga fila con bloques de piedra utilizados como almacén por las ciudades estado. Nos queda el templo de metroón, dedicado a Rhea y del que podemos ver muy pocos restos, los cimientos del Filipeion o la residencia del magistrado, que era denominada Pritaneo y por último una de las ruinas más destacadas es el Estadio. Accedemos pasando por un arco bastante bien conservado. Todavía se aprecian las líneas de salida y llegada de la carrera de velocidad y los asientos de los jueces. Vale la pena visitarlo y podemos tomar un respiro antes de continuar viendo más restos. No olvidar ir con calzado cómodo y agua, gorra, sombrero o un paraguas nos protegerán del sol intenso en verano especialmente.
EL MUSEO DE OLIMPIA
Pequeño para su importante contenido. Construido en 1.975 según la idea del antiguo museo de 1.883 fundado por André Syngros tras reunir las más importantes antigüedades encontradas en las excavaciones realizadas en esos años. Cerca de Olimpia, al Este de la colina de Drouva y en la orilla derecha del Kladeos, podemos visitarlo antes o después de la antigua Olympia.
Compramos la entrada al lado de la puerta principal. En el vestíbulo hay dos bustos en honor de los impulsores de sus excavaciones, Ernest Curtius y Wilhelm Doerpferd y una maqueta realizada por el arquitecto alemán Hans Schleir en 1.931 que se correspondería con la ciudad tal como debía ser y que nos sirve para imaginarnos como era la antigua Olimpia. También encontramos aquí muchas estatuas de la época romana. Destaca la de Octavio Augusto en mármol, a escala 2 veces y medio el tamaño real. Su ubicación fue en el templo de Rhea. A través de varias inscripciones en lápidas llegamos a la que podría ser la estatua de Trajano. Hay una de Claudio Tiberio y la de la esposa de Nerón, Poppea Sabine. Al final del vestíbulo la estatua de Adriano, junto a la sala A, que está dividida en tres partes: la estatua de un toro con la inscripción "Regilda, padre de Demeter, consagra a Zeus el agua y la estatua que aquí se presenta", está en el centro de varias estatuas romanas. En la misma sala una espectacular estatua de Agripina, madre de Nerón, junto a la joven Antinous, una de sus favoritas. También podremos ver la estatua de Faustina, mujer de Antonino con dos niños a sus pies que podrían ser los hijos del emperador Herodes Atticus. Varias de las estatuas estaban en el Templo o casa de Herodes, y una de ellas podría ser de él mismo, una de las estatuas es de Regilia, su esposa.
La Gran Sala es la más destacada. Contiene el frontón del templo de Zeus, sus metopas y la Victoria de Paionios. Sus relieves son muy realistas, y representan a dioses y hombres participando en un juego que igual podría ser deporte o ritual, y que ayuda a comprender lo que significaba el deporte para los griegos del momento. En el frontón oriental se representa la batalla de Tanagra. En el occidental 21 figuras alineadas muestran los preparativos para la lucha entre Pelops y Oenomaos.
En vitrinas se aprecian diversos objetos encontrados en el taller de Fidias, su copa, martillos, y herramientas del escultor. En otras vitrinas hay objetos en terracota como los guerreros en posición de ataque. Al fondo las metopas del templo de Zeus, sólo encontradas seis de las doce que había; figuras del toro de Creta, de Cnossos, de Heracles y de la diosa Atenea. De la época del bronce vemos un pequeño caballo en bronce, la cabeza de Atenea, una niña con un sátiro, un trozo de la cabeza y una oreja del Toro de los Erectrianos en bronce, y destacando sobre todo ello la estatua de Zeus y Ganímedes, muy bella y aunque no completa es espectacular. Desde esta sala accedemos a la sala del Hermes de Praxíteles, importantísima obra del s. IV a. C. Estaba en el Altis y conmemoraba la alianza entre helenos y arcadianos. Después se trasladó al templo de Hera, se encontró el 26 de abril de 1.877. Representa al mensajero de los dioses con Dionisios que fue confiado a los ninfos de Beotia.