¿Cómo describirías Copenhague? ¿Liberal? ¿Moderna? ¿Cara?
La ciudad hecha famosa por la Sirenita (nunca mejor dicho, porque su estatua es diminuta) es todo lo de arriba pero mucho más. Si le añades sofisticación y pintoresquismo a la mezcla te acercarás un poco más a la realidad. Nuestro experto David Walsh comparte sus cosas favoritas para ver, hacer, comer y beber en Copenhague.
1. Cervezas artesanas
Quizás sea el hogar de la cerveza Carlsberg, una de las compañías cerveceras más grandes del mundo, pero Copenhague ha sido tomada por una nueva oleada de cervecerías artesanas en la última década. Mikkel Borg Bjergso y Kristian Keller fueron unos pioneros cuando empezaron este fenómeno hace ocho años con la abertura de la micro cervecería Mikkeller. Desde entonces, el fenómeno se ha extendido a toda Dinamarca. Hoy en día se les reconoce a nivel internacional y tienen dos bares en la capital danesa, uno en San Francisco y acaban de abrir otro en Bangkok. Tomar el aperitivo en el bar original de Vesterbro es casi imprescindible, y una vez allí podrás catar 15 tipos diferentes de cerveza Mikkeller. Un verdadero placer para el paladar, aunque tu hígado quizás no te lo agradezca.
2. Smorrebrod
Un básico en la dieta danesa, es una parte tan esencial de Copenhague como las bicicletas. Dos o tres de estos bocadillos abiertos, típicamente hechos con rebanadas de pan untado en mantequilla con multitud de ingredientes, son suficientes para mantener a raya a tu apetito. Se sirve casi en todas partes, así que es muy difícil recomendar un solo lugar en el que probarlo. Pero ya que es complicado encontrar mesa, quizás estaría bien que te pasaras por Schonnemanns, que está muy de moda y tiene un amplio menú lleno de opciones para todos los gustos.
3. Diseño danés
Sin dudarlo ni un segundo, los daneses tienen verdadero estilo para el diseño de interiores. Casi todo el mundo en Dinamarca se lo toma muy en serio y lo demuestran en cada hotel y restaurante de Copenhague. Si no te da tiempo a acercarte al Dansk Design Center para descubrir las últimas y rompedoras exposiciones, échale un buen vistazo a los escaparates del coloso de cuatro plantas que es Illums Bolighus. Saldrás de allí soñando con tu casa ideal.
4. Dos por uno
Suecia está súper cerca de la ciudad de Copenhague, a la que está unida a través del puente Oresund, que con sus más de 12 km cruza el Estrecho de Oresund. Además de soportar el tráfico de los coches, hay un servicio de tren que también pasa por este puente en dirección a Malmö cada 20 minutos desde el aeropuerto de Copenhague (y que también enlaza con destinos más lejanos como Estocolmo y Goteburgo). Tan sólo a una hora de distancia esta pequeña ciudad medieval, que en 2013 acogió el Festival de Eurovisión, ofrece una atmósfera algo más relajada que la de capital danesa. Las coronas se aceptan en la mayoría de lugares.
5. Pasión por el género negro
Los fans de la serie sobre crímenes “The Bridge” estarán familiarizados seguramente con el puente de Oresund. Otro clásico del género negro nórdico es la serie “The Killing” protagonizada por la detective Sarah Lund, que siempre lleva jersey. La empresa Peter and Ping lleva a los fans de la serie tras la pista de esta inspectora de policía en tours guiados a las localizaciones en las que se rueda la serie. También tienen tours especializados en “The Bridge”.
6. Torvehallerne
Escondido cerca de la estación de Norreport, Torvehallerne es el equivalente gastronómico a la cueva del tesoro de Alí Babá. Ubicado en dos edificios gemelos de cristal, las más de sesenta paraditas independientes exhiben (y venden) delicias locales, carne y pescado frescos, quesos, productos típicos y mucho más, con infinidad de lugares eclécticos en los que puedes comer algo o tomar un café y una pasta. Los ciudadanos de Copenhague se vuelven locos con las gachas de avena, que es una de las mejores especialidades que sirven en la paradita de Grod, en Torvehallerne. De hecho, Grod significa porridge en danés y lo podrás condimentar con tantos ingredientes como te apetezca.
7. Christiania
Christiania es uno de los lugares menos turísticos de Copenhague, y seguramente uno de los más extraños. Esta “ciudad libre” es una especie de paraíso hippie que existe desde 1971 y en el que el estado interfiere más bien poco. Aunque muchos de los que viven aquí trabajan fuera de la comuna el lugar tiene un aire tranquilo y se mantiene por sí mismo. Tienen su propia Galería Nacional de Arte y cuando te vayas verás señales de “Ahora entras en la Unión Europea”.
Fuente:Skyscanner