Agente de Viajes “Una sencilla profesión” Vereis a continuación lo sencillo que resulta nuestro trabajo cuando el cliente nos pone a prueba…..cada día
Hace unos días me encontré a un amigo y me preguntó: ¿a qué te dedicas? le contesté “soy Agente de Viajes” y después de preguntarme sobre rutas, itinerarios de vuelos, precios, etc… me comentó: Ah! “que profesión más sencilla“, mientras yo pensaba….:
Claro que es sencilla sólo tengo que:
– Saber de técnicas comerciales y ventas….
– Tengo que saber contabilidad, retenciones, IVA, impuestos…..
– Por supuesto saber de relaciones públicas, marketing, redes sociales y administración de empresas….
– Tener conocimientos básicos de ingeniería a fin de saber qué estructura tiene cada hotel, ciudad, etc.
– Saber de aviación, conocer los B747, los A330 y A320, la configuración de cada uno, en que filas están los asientos de emergencia, motores, conocer los miles de aeropuertos y cuanto se tarda en cada uno de una terminal a otra….
– Debo saber de meteorología más que Mario Picazo, porque es lógico que tengo que considerar las condiciones climatológicas durante el vuelo y durante el viaje de diez días…
– Tengo que saber de informática y nuevas tecnologías
– La Geografía al dedillo, porque no puedo dejar de saber que “Thimphu” se encuentra en “Bhutan”
– Tener un master en psicología, para entender lo que pide el cliente, porque lo único que sabemos es que lo quiere y a precio de saldo
– Debo ejercitar mi memoria a fin de recordar direcciones, números de DNI’s, tarjetas de crédito, códigos de seguridad y edades de los hijos. Da igual que cada año cumplan más, debo recordarlos.
– Debo saber y entender al menos 8 idiomas como mínimo.
– Debo recordar el localizador de una reserva que me hicieron hace seis años, aunque el pasajero no recuerde si la hizo con su apellido o con el de su primer marido. Y sencillitos que son los localizadores de los touroperadores
– Para mí no es ningún problema conseguir 4 suites comunicadas con vista al mar en área de no fumadores y cada una de ellas con dos camas, y estoy totalmente de acuerdo con que es mi culpa que el hotel no tenga zona de aterrizaje de helicópteros ni piscinas privadas.
– Claro que estoy mintiendo cuando le digo que ya no quedan cupos en la tarifa más barata y que ya no hay habitaciones en Venecia para el Carnaval con 2 días de antelación.
– Por supuesto que sé cuánto se tarda en ir del aeropuerto de Quito al hotel.
– Me hago responsable por la mala comida del avión, por los excesos de tráfico aéreo y correspondientes retrasos, por huelgas de las compañias, de los controladores o de los servicios de tierra, porque lleve el pasaporte caducado después de avisarle 7 veces que lo revisase, por el overbooking, porque la habitación del hotel no estuviese recogida, porque se puso usted malo y no tenía seguro de asistencia independientemente a que se lo ofrecí en multitud de ocasiones y usted me decía que nunca se pone malo.
– Y claro que me conozco el metro de Tokio con todas sus paradas, no se como ha llegado a ponerlo en duda
– Cómo se le ocurre pensar que me voy a enfadar cuando después de haberme pasado más de 10 horas montando y cotizando su viaje, gastando teléfono, papel, tinta de la impresora, me dice usted «ya lo reservé por Internet y me ahorré 15 euros». Y claro que nunca me enfado cuando recibo una llamada a mi móvil a las dos de la mañana del domingo para decirme que le solucione los problemas de overbooking o de traslados cuando llega al aeropuerto.
– Para mí es un orgullo ser Agente de Viajes… Me parto cuando la gente se dirije a mi en medio de una cena, en la playa o incluso mientras hago footing y espera que me sepa de memoria la tarifa aérea de Madrid a Katmandú y las frecuencias de vuelo entre Dusseldorf y Dublín.
– Por supuesto que me lo paso pipa cuando suben las tasas aéreas o el combustible y por no hacerle pasar el mal rato asumo el incremento de dichos suplementos sin que usted se entere.
– Me encanta cuando todo el mundo asume que viajo a cualquier lugar del mundo “gratis” y que me lo conozco entero.
Yo sonrío, empatizo, simpatizo, consuelo, escucho, me peleo con el mayorista, con la compañia aérea, sonrío otra vez, e incluso de vez en cuando, vendo algún viaje.
Verdaderamente es sencilla mi profesión, y más sencilla me la ponen algunos proveedores haciendome la competencia……. por eso me encanta ser AGENTE DE VIAJES.
Fuente: Viajamoshoy