¡10 maneras de arruinar unas vacaciones!
Tomad nota de estos consejos
Cómo arruinar unas vacaciones de verano para no olvidarlas nunca.
En otras palabras: no hagáis nada de esto que os explicamos a continuación si quereis disfrutar de unas vacaciones y no de una pesadilla.
1. Olvidar el pasaporte
«Cariño, ¿tienes los pasaportes?» «Creía que los tenías tú.» Ser conscientes de que os habéis olvidado el pasaporte en pleno atasco camino al aeropuerto es despegar con mal pie. Y es culpa vuestra. El mal lo habéis hecho vosotros. Aunque no se necesita el pasaporte para los vuelos domésticos ni dentro de la Unión Europea (pero tampoco vale olvidarse el DNI en estos casos), al agente de inmigración de EEUU no le valdrá la tarjeta del Carrefour como documento de identificación.
2. Apurar al máximo
«Tranquila, ¡tenemos mucho tiempo!» Pues no. Tu media naranja tenía razón: es mejor tener que matar cinco horas en el aeropuerto que aprender a las malas la importancia de gestionar bien el tiempo durante unas vacaciones. Para añadirle emoción, aseguraos de que el trayecto hacia el aeropuerto incluye el paso por una aduana, los cambios de horario no previstos, los taxistas sin licencia… Y el mejor todavía: celebrad que habéis llegado justo a tiempo emborrachándoos, y perdiendo el vuelo.
3. Beber como unos cosacos…
…y molestar a los demás pasajeros del avión, que os confisquen el pasaporte, robarle el casco a un policía… Sin la intención de ser aguafiestas, pimplarse 11 botellines de San Miguel y 16 chupitos de Sambuca solo debería hacerse en casa, no en una noche de fiesta en Magaluf. Aunque tengáis 17 años. La juventud no es excusa. Ya sois mayorcitos como para saberlo. Lo mejor que os puede pasar es que quedéis como unos tontos.
4. Creer en la publicidad exagerada
¡Investigad un poquito! Aunque la página web de vuestro hotel en las Maldivas diga que es maravilloso, comprobadlo en TripAdvisor u otras páginas similares. La foto «artística» de vuestro hotel «tal como será cuando abra las puertas en verano» no muestra las obras que están haciendo justo al lado, el alambre de púas y el cartel de la playa que dice: «Precaución: tiburones, medusas, piratas.»
5. Pensar que siempre hace buen tiempo
Consultad los mapas del tiempo. Quizás hay unas ofertas geniales para ir a una isla del Caribe en septiembre, pero con un huracán no os vais a poner muy morenos. Asimismo, alquilar una caravana en la Avenida Tornado en mayo para reducir costes de alojamiento puede ser una estrategia muy arriesgada.
6. No respetar las costumbres locales
Actuar como el típico «español en el extranjero» no hará que la gente del lugar os aprecie. Un comportamiento aceptable un sábado por la noche en Segovia puede no serlo en Singapur. Si os detienen, decid que sois inocentes. «Lo siento mucho, agente. No sabía que era ilegal drogarse o practicar sexo en público.» ¿Dubai? ¿Cómo? ¿Esto no es Ibiza?
7. Bromear con el personal del aeropuerto
Poned a prueba el umbral del humor de los agentes de seguridad del aeropuerto con chistes sobre lo que lleváis en la maleta, ya sean 400 quilos de semtex, 135 ranas en peligro de extinción o un cadáver. Ya veréis como no les hace ninguna gracia. Igualmente, no digáis en broma que lleváis una bomba en la bolsa a la azafata, a menos que queráis ir de visita a Guantánamo.
8. Pasar drogas de contrabando
¿Sentís la tentación de llevaros un recuerdo de Tailandia a casa? Tragarse 10 quilos de heroína no es bueno para nadie, bajo ninguna circunstancia. Aunque tenga un valor real de 6 millones de euros. Darse un capricho con un producto local, si va contra la ley, sin duda conlleva el riesgo de meteros en problemas. No hace falta que os lo expliquemos.
9. No contratar un seguro de viaje
Hay muchas maneras de que os salga el tiro por la culata si no contratáis un seguro de viaje con el objetivo de ahorraros unos eurillos, y a cuál peor. Perder las maletas durante un tránsito es un marrón, pero no poder pagar la repatriación de vuestro cadáver después de un accidente haciendo puenting es un inconveniente más grande.
10. Dejar a los niños
Está claro que no dejaréis a Carlos y Lola en casa si tienen seis y ocho años respectivamente. Pero si hablamos de adolescentes, lo de «claro que no organizaremos ninguna fiesta» significa: «hemos invitado a 150 amigos.» Disfrutad de las vacaciones.
