10 plazas donde tomar una relaxing cup de lo que sea
Te presentamos 10 increíbles plazas en las que tomarte un café con leche o lo que te apetezca.
Estamos de acuerdo en que una buena taza de café con leche en la Plaza Mayor es una gran experiencia (por eso la añadimos a este listado). Sin embargo, como aquí aprovechamos cualquier excusa para que empieces a planear tu próximo viaje, te proponemos otras increíbles plazas para que te tomes una relaxing cup de lo que te apetezca o simplemente te quedes con la boca abierta de la impresión.
Aqui te las detallamos y te msotramos una foto de cada una de estas maravillas
1. Plaza del Mercado, Cracovia
Con alrededor de 40.000 m2, la plaza más importante de Polonia es también la plaza medieval más grande del viejo continente, tanto que no sabrás ni por dónde empezar a recorrerla. Que no te sorprenda que la melodía que se oye desde una de las torres cada hora se detenga súbitamente: simboliza la muerte de un trompetista que tocó el himno polaco para alertar de un ataque en el siglo XIII.
Famosa en todo el mundo por la belleza de sus obras de arte, entre las que destaca la Fuente de los Cuatro Ríos, ha servido como escenario de películas y novelas (como Ángeles y Demonios, de Dan Brown). Es una plaza tan impresionante que, una vez allí, te parecerá de otro mundo. ¡Garantizado!
3. Plaza de la Ciudad Vieja, Praga
Esta histórica plaza, con muestras de distintos estilos arquitectónicos, se convierte en un oasis para los turistas tras pasar horas recorriendo las estrechas calles de la Ciudad Vieja de la capital de la República Checa. Disfruta del placer de perderte por las callejuelas que la rodean dando un paseo inolvidable. ¡No te arrepentirás!
Patrimonio de la Humanidad desde 1998, la riqueza ornamental de esta plaza está compuesta por las casas de los gremios, el Ayuntamiento y la Casa del Rey. Los meses de agosto de los años pares se instala en el centro una inmensa alfombra de flores. Siéntate en una de sus terrazas a disfrutar de un entorno único…, aunque es posible que te apetezca más una buena cerveza belga que un café con leche.
5. Praça de D. Pedro IV, Lisboa
La Praça do Rossio (antiguo nombre de la plaza y por el que se la sigue conociendo) es el centro neurálgico de Lisboa. A mediados del siglo XIX se cubrió su superficie con el típico mosaico lisboeta de baldosas blancas y negras. Obsérvalo bien relajado desde alguna de las cafeterías de la plaza, como el Café Nicola, para algunos el más famoso de la ciudad.
A pocos metros de la Puerta del Sol, esta plaza atrae actualmente a un gran número de turistas durante todo el año. En los soportales que rodean la plaza abundan las cafeterías y restaurantes, con sus correspondientes terrazas. No te hagas el gracioso pidiendo una «relaxing cup of café con leche», porque los camareros están ya un poco hasta el moño. Avisado estás. Por cierto, el precio medio del café con leche allí es de tres euros.
7. Plaza del Ayuntamiento, París
Esta tranquila plaza, con distintas fuentes y recintos con flores, dejó de ser un lugar en el que se realizaban ejecuciones para convertirse en escenario de fiestas y eventos temporales de París, como la pista de patinaje que se instala en invierno, la más grande de la ciudad. Si quieres probar uno de los mejores cafés de la ciudad, te recomendamos La Caféothèque, a tan solo unos pasos de la plaza.
8. Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano
La plaza sobre la que se asoma la Basílica de San Pedro deja alucinado tanto al que la observa desde su superficie o sus impresionantes columnatas como a quien disfruta de sus vistas desde la cúpula de la Basílica, la más grande del mundo. Eso sí, coge aliento antes de empezar la ascensión por las estrechas y retorcidas escaleras. Si llegas hasta arriba sin quejarte, el cappuccino que te tomes después te sabrá a gloria.
Escenario habitual de manifestaciones, el elemento más destacado de esta plaza es sin duda la columna de Nelson, rodeada por fuentes y cuatro enormes leones esculpidos en bronce supuestamente procedente de un cañón de la flota francesa. No dejes de pasarte por allí de noche, cuando la iluminación de las fuentes te dejará deslumbrado.
Igual te llevas un chasco al enterarte de que la Plaza Roja no debe su nombre al color de los ladrillos. Aunque te durará poco, porque la realidad es aún mejor: el «roja» viene de una palabra que en ruso antiguo significaba ‘bonita’, y es que en ella se pueden encontrar edificios tan increíbles como la Catedral de San Basilio, conocida en todo el mundo por sus cúpulas en forma de bulbo.
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