Los otros 35 pueblos más bonitos de España

Montefrío (Granada)

Estos 35 espectaculares enclaves no pertenecen por el momento a la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España (de 44 miembros y menos de 15.000 habitantes; véase la fotogalería de El Viajero), pero, dados sus méritos, tal vez deberían solicitar la adhesión al selecto club. Por ejemplo Montefrío (Granada), un icono para los japoneses desde que en 1983 el profesor Yoki Oyama expuso unas fotografías que hicieron famoso este lugar en el país del sol naciente. Montefrío se apiña en torno al conjunto monumental que forman su fortaleza árabe y la iglesia de la Villa, allá en lo alto, en la cima de un peñón. En 2015 la revista National Geographic lo incluyó en su lista de los 10 pueblos con mejores vistas del mundo. Recibe un aluvión de visitantes, entre ellos numerosos japoneses.

 

Ochagavía (Navarra)

Sus palacios medievales, sus casas blasonadas de los siglos XVIII y XIX, su caserío de tejados picudos a dos o cuatro aguas, su iglesia de piedra y su viejo puente medieval hacen de Ochagavía (Navarra) una de las puertas de entrada a la selva de Irati (que está a solo 24 kilómetros) y una postal perfecta del Pirineo navarro. Por sus calles empedradas se rodó buena parte de la película de Montxo Armendáriz Secretos del corazón (1997).

Baeza (Jaén)

Patrimonio mundial junto con Úbeda, el corazón monumental de Baeza (Jaén), uno de los enclaves renacentistas más importantes de España, late en la plaza de Santa María: la catedral, con la casa palacio de Rubín de Ceballos a sus espaldas, las casas consistoriales, la fuente de Santa María (en la imagen) y el seminario de San Felipe Neri (sede de la Universidad Internacional de Andalucía). Destacables también son la plaza del Paseo de la Constitución y la del Pópulo.

Casares (Málaga)

El castillo de Casares domina, sobre un macizo de roca caliza, en lo más alto del pueblo en el que nació Blas Infante, político y escritor; su muro sigue el borde de un barranco conocido como la planá. Dentro de sus murallas queda la antigua iglesia de la Encarnación (de finales del XVI), el arrabal, el cementerio, entre calles estrechas, empinadas y sinuosas, y casas encaladas, que son un ejemplo magnífico del legado arquitectónico andalusí.

Castrillo de los Polvazares (León)

Los arrieros maragatos, que transportaban vinos y pescados de la costa gallega, levantaron Castrillo de los Polvozares (León) a su medida, con casas de puertas grandes (para el paso de carros), patios interiores donde organizar la mercancía, cuadras y bodega. Su arquitectura típica, su artesanía y su gastronomía (con el cocido maragato a la cabeza) constituyen sus principales atractivos turísticos.

Peñafiel (Valladolid)

Del extraordinario castillo roquero, que alberga el Museo del Vino, a la Plaza del Coso (donde se encuentra el Aula de Arqueología), y de allí a una especie de ruta sacra por iglesias (hasta 18 ha llegado a reunir Peñafiel desde la Edad Media), conventos (hay tres) y ermitas (se conservan dos de las seis que están documentadas). La Casa de la Ribera, casona tradicional del XVI, ayuda a entender la vida en estas tierras vallisoletanas a finales del XIX y principios del XX.

Chinchón (Madrid)

La plaza Mayor de Chinchón (Madrid), tiene fama de ser una de las más bellas de España. Su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción guarda un lienzo de Goya. Enclavada en El Llano, rodeada de olivos y viñas, hay que conocer en Chinchón su Torre del Reloj, el castillo de los Condes, el teatro Lope de Vega o el convento de San Agustín, actual Parador Nacional de Turismo.

Olvera (Cádiz)

Los callejones, las pequeñas plazas, las fachadas señoriales de la calle Llana, la convivencia de mansiones solariegas con arquitectura popular. Olvera (Cádiz) se retuerce, irregular, llena de recodos y recovecos, en torno a su castillo árabe del siglo XII, de trazado triangular, elevado sobre una peña, que conserva muros, torreones y la Torre del Homenaje.

Guadalupe (Cáceres)

Entre su histórico caserío de origen medieval con vestigios renacentistas, calles empedradas, soportales, plazuelas, fuentes, su Barrio de Arriba, y el de Abajo, destaca el Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, patrimonio mundial. Guadalupe ha ido creciendo a la par que su santuario, que empezó siendo una ermita y guarda en su interior muestras de estilo gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico (siglos XIII al XVIII).

Olivenza (Badajoz)

La ciudadela, hoy casco histórico, reproduce un clásico ordenamiento urbano medieval, con finalidad defensiva, consistente en un cuadrilátero amurallado con cuatro puertas, cortado por dos calles perpendiculares que se cruzan en el centro. Olivenza, villa de frontera, fundada por el Temple en el XIII, cedida a Portugal a finales de ese mismo siglo, y devuelta a España a principios del XIX, muestra una espectacular mezcla de estilos de ambos países.

Olite (Navarra)

Su conjunto urbano es una mezcla de casonas blasonadas, murallas romanas, rúas atravesadas por arcos góticos, palacios renacentistas y barrocos e iglesias como la de Santa María, del siglo XIII. Durante la Edad Media, el castillo-fortaleza de Olite fue sede de los monarcas navarros: un conjunto formado por el Palacio Viejo, convertido en Parador Nacional de Turismo, y el Palacio Nuevo. El viejo castillo fue restaurado a la manera neorromántica, es decir, sin miramientos arqueológicos, en los años cuarenta del siglo XX por el arquitecto José Yárnoz, según su proyecto de 1923 inspirado en las reconstrucciones que el arquitecto francés Viollet le Duc aplicó en el siglo XIX en el castillo de Pierrefonds y en el recinto fortificado de Carcasona.

Siurana (Tarragona)

Último reducto árabe de la Reconquista en Cataluña, inexpugnable en su risco encima de un río, hicieron falta los soldados de cuatro condes para someter Siurana (Tarragona). Abdelazia, la reina mora, prefirió tirarse por el acantilado con su caballo antes de verse sometida por los cristianos. De su larga historia de asedios han llegado a nuestros días los restos de su fortaleza y sus calles empedradas. Su entorno natural es un punto de referencia para escaladores y excursionistas.

Covarrubias (Burgos)

La hermosa princesa descendiente de vikingos Cristina de Noruega tiene su tumba en Covarrubias (Burgos). Hija de Haakon IV El Viejo de Noruega, se casó en 1258 con el infante don Felipe, hermano del rey Alfonso X. En la iglesia de esta villa castellana de aires medievales, cerca de su sarcófago, tiene la princesa una campana que asegura el matrimonio a quienes la tocan. Situada en la comarca de Arlanza y conocida como cuna de Castilla, Covarrubias atesora un rico patrimonio monumental entre el que destaca el Torreón de Fernán González, la única fortaleza castellana anterior al siglo XI que se conserva. Covarrubias forma parte de la Ruta de la Lana del Camino del Cid. Por la localidad pasa también uno de los caminos de Santiago.

Ujué (Navarra)

Un racimo de casas alrededor de la iglesia-fortaleza de Santa María (levantada entre los siglos XI al XIV). Ujué es un enclave defensivo de calles empedradas que conserva su aspecto medieval. Una atalaya desde la que, en días despejados, pueden verse los Pirineos al norte y la ribera del Ebro y la silueta del Moncayo por el sur. La imagen de la Virgen de Ujué está considerada una obra cumbre del románico navarro.

El Burgo de Osma (Soria)

Guarda uno de los recintos medievales mejor conservados de Soria, en torno a la catedral (levantada sobre otro templo de estilo románico) y con la calle Mayor como uno de sus ejes principales, con antiguas casas sustentadas por soportales con columnas de piedra. Las murallas, la Plaza Mayor, el castillo y el puente romano sobre el río Ucero completan la estampa de El Burgo de Osma, que fue sede episcopal en el VI, en época visigoda, y tuvo Universidad durante el Renacimiento.

Taüll (Lleida)

Las iglesias leridanas de San Clemente y Santa María de Tahull (Taüll, en catalán) son, desde 2000, patrimonio mundial, dentro del conjunto de templos románicos catalanes del Valle del Boí, en la comarca de Alta Ribagorza (Pirineo de Lleida). Las pinturas y mobiliario originales fueron trasladados al Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona; en el ábside central de San Clemente queda una copia de su Pantocrátor.

Peñaranda de Duero (Burgos)

Pequeña población a 18 kilómetros de Aranda de Duero, Peñaranda de Duero (Burgos) cuenta con un gran conjunto monumental: la Plaza Mayor flanqueada por la iglesia de Santa Ana (ex-colegiata) y el palacio de los Condes de Miranda. Su castillo data del siglo X y fue remodelado completamente en el XV (siglo en el que se construyó la muralla, de la que se conservan dos de las tres puertas). Peñaranda de Duero presenta un atractivo casco medieval de planta alargada.

Zahara de la Sierra (Cádiz)

En pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, dentro de la Ruta de los Pueblos Blancos, se encuentra Zahara de la Sierra (Cádiz), con su castillo de origen árabe, su iglesia mayor y los restos de la villa medieval con tramos de murallas. Su entramado urbano típicamente andalusí atesora callejuelas con sabor, muchas de ellas escalonadas, ya que el pueblo está emplazado en las faldas de la Sierra del Jaral.

Os Teixois (Taramundi, Asturias)

La restauración de Os Teixois (Asturias), conjunto etnográfico declarado Bien de Interés Cultural, comenzó a finales de los ochenta y es un ejemplo de recuperación histórica. Se trata de una aldea a cuatro kilómetros de Taramundi, que además de sus casas atesora ingenios hidráulicos: mazo, molino, rueda de afilar, y hasta una pequeña central eléctrica y un batán.

Fornalutx (Mallorca, Islas Baleares)

Uno de los pueblos más visitados de Mallorca, también en la sierra de Tramontana, en el valle de Sóller. Fornalutx pasea su origen árabe por sus calles estrechas, de trazado irregular y fuerte pendiente. Muchas de sus típicas casas de montaña mallorquina presentan el arte popular de las tejas pintadas: dibujos, normalmente de color rojo, sobre fondo blanco, bajo las tejas que sobresalen de la fachada. Esta población tiene salida al mar, por la desembocadura del Torrent de na Mora.

Alájar (Huelva)

La Peña de Arias Montano, con su ermita de la Reina de los Ángeles, su espadaña-campanario neoclásico o su arco renacentista, es un buen punto de observación de Alájar (Huelva), en el lado sur del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde en 2011 se rodó la película de Bollywood Solo se vive una vez, de Zoya Akhtar.

Caleta del Sebo ( La Graciosa, Las Palmas)

A la capital de la pequeña isla canaria de La Graciosa solo se puede llegar desde Órzola, en la vecina Lanzarote. Puerto pesquero con casitas blancas, calles de arena, ritmo tranquilo, atardeceres espectaculares y una gastronomía a base de pescado fresco. Caleta del Sebo cuenta con una iglesia dedicada a Nuestra Señora del Carmen, también llamada Virgen del Mar, que es la patrona. No tuvo electricidad hasta 1990.

Deià (Mallorca, Baleares)

Una sencilla lápida en el cementerio de Deià reza: Robert Graves. Poeta. El escritor inglés quedó fascinado por este pueblo mallorquín de la sierra de Tramontana, entre Valldemossa, Sóller y Bunyola, y vivió en él durante casi medio siglo, en su casa de Can Alluny, hoy convertida en museo. Sus calles empinadas, trazadas durante la dominación musulmana de Mallorca, trepan hacia la iglesia parroquial, en la cima de un monte, sobresaliendo por encima del resto de edificios.

Castellfollit de la Roca (Girona)

Da vértigo observar el perfil de las casas y la iglesia de Castellfollit de la Roca (Girona) asomándose al borde de una espectacular pared basáltica de 50 metros de altura. Sobre ella se asienta este pueblo de unos mil habitantes y menos de un kilómetro cuadrado de superficie (es, de hecho, uno de los municipios más pequeños en extensión de Cataluña), limitado por la confluencia de los ríos Fluvià y Toronell.

Rupit i Pruit (Barcelona)

Municipio en la zona del Collsacabra formado por dos poblaciones que fueron independientes hasta 1977: Pruit, un conjunto de masías diseminadas, y Rupit, núcleo urbano que conserva todo su encanto medieval, con casas de arquitectura románica y calles de piedra, considerado uno de los pueblos más bonitos de Cataluña. El visitante podrá disfrutar de los puentes, las iglesias (entre ellas la románica de Sant Joan de Fàbregues), el salto de agua de Sallent o el monumento natural de Agullola.

Betancuria (Fuerteventura, Las Palmas)

Fundada hacia 1404 por Jean de Betencourt, la ciudad más antigua de Fuerteventura, y su capital administrativa hasta 1834, es hoy la villa menos poblada de la isla. Betancuria no tiene playa ni infraestructuras turísticas, pero su interés histórico y artístico la convierte en visita recomendable. Su iglesia de Santa María, del siglo XV, fue destruida por los piratas berberiscos en el XVI y reconstruida en el XVII.

Cudillero (Asturias)

Tradición marinera y un precioso puerto pesquero en el Occidente asturiano. Cudillero, o Villa Pixueta, como se le conoce, combina una arquitectura popular muy adaptada al paisaje, con el colorido caserío formando una especie de anfiteatro frente al mar, con un lujoso palacio del siglo XIX como es la Quinta de Selgas, con amplios jardines y cuadros de Goya.

Mogrovejo (Cantabria)

Mogrovejo es una pequeña aldea del valle de Liébana, a los pies del macizo oriental de Picos de Europa, encaramado en un llano a 460 metros de altitud sobre el nivel del mar, y rodeado de bosques. Fue declarada de interés histórico y cultural por su conjunto de casonas de los siglos XVI y XVII, de sillería y mampostería, con balconadas de forja, y algunos edificios singulares, como la torre medieval de finales del siglo XIII.

Sigüenza (Guadalajara)

Un buen plan para visitar Sigüenza (Guadalajara) es pasear sin rumbo por sus calles, repletas de edificios civiles y religiosos de gran belleza, sin perder de vista sus tres grandes puntos cardinales: el castillo (actualmente Parador de Turismo), la Plaza Mayor de estilo renacentista y la catedral, que empezó siendo románica (se inició en el siglo XII) aunque su interior destaca por su aspecto gótico, y donde se guarda un cuadro de El Greco y la soberbia tumba gótica del Doncel de Sigüenza, de finales del siglo XV.

Montoro (Córdoba)

Situado sobre un meandro del Guadalquivir, sus características casas blancas escalan el cerro ordenadas en calles radiales que desembocan en la plaza de España, a la que se asoma la iglesia de San Bartolomé. El puente sobre el río, la Casa de las Tercias o la Torre de Villaverde son otros alicientes de Montoro (Córdoba).

Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)

Defiende con orgullo ser aquel lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse, la primera frase del Quijote. Villanueva de los Infantes, en el centro del Campo de Montiel, atesora edificios civiles y religiosos, casas populares y palacios, y una de las plazas mayores más bellas de Ciudad Real. Conjunto representativo del barroco y del renacimiento manchegos, en su iglesia parroquial de San Andrés Apóstol (siglo XVI) fue enterrado Quevedo.

Peratallada (Girona)

Pasear por Peratallada (Girona), uno de los núcleos de arquitectura medieval más importantes y mejor conservados de Cataluña, en la Costa Brava, es como viajar a la Edad Media. La población fue creciendo en torno a su castillo, del siglo X. Y atesorando monumentos de interés como la iglesia de Sant Esteve de Peratallada (principios del siglo XIII), la Torre del Homenaje o el palacio de Peratallada (siglo XIV).

Garachico (Tenerife, Santa Cruz de Tenerife)

Villa y Puerto fundada a finales del siglo XV por un banquero genovés, Garachico (en la isla canaria de Tenerife) renació de sus cenizas, literalmente, tras la erupción del volcán de Trevejo, que lo devastó en 1706. Posee un rico patrimonio arquitectónico y una bien conservada muestra de arquitectura tradicional canaria. Calles adoquinadas, iglesias y las piscinas naturales de El Caletón. Frente a su costa se alza un imponente roque.

Pals (Girona)

Intramuros conviven en armonía el románico, el gótico y el barroco, en callejuelas de trazado medieval. Fuera del recinto amurallado, un conjunto de masías dispersas, algunas fortificadas. El casco histórico de Pals (Girona) se levanta sobre una colina rodeada de llanuras. En su ascenso, el viajero descubre la Torre de las Horas (torre románica circular) o la iglesia de de Sant Pere, hasta llegar al mirador del Pedró.

Teguise (Lanzarote, Las Palmas)

El término municipal se extiende por la franja central de Lanzarote, de costa a costa, incluyendo el archipiélago Chinijo. En el centro, la villa de Teguise, conocida popularmente como la Villa, capital de la isla hasta que ésta se trasladó a Arrecife. Con su castillo de Santa Bárbara (siglo XVI), hoy Museo de la Piratería; la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe (siglo XVI); conventos que son ejemplo de arquitectura religiosa canaria del XV y XVI; y La Cilla, el granero más importante de Lanzarote.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: www.elpais.com

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