7 secretos de Nueva York, olvídate de lo típico y sé un neoyorquino auténtico
Los secretos más bien guardados de la Gran Manzana
En una ciudad tan conocida c
omo Nueva York es fácil pensar que es imposible no pasar por los sitios más habituales y gastados. Al fin y al cabo, la ciudad está llena de atracciones turísticas muy conocidas e incluso los que no han ido nunca pueden reconocer los sitios icónicos de NYC gracias a décadas de películas y TV, desde El padrino hasta Friends.
Pero si hurgas un poco, encontrarás toda una gama de alternativas al Empire State, la estatua de la Libertad, Central Park y demás. Así que busca unvuelo barato a Nueva York y ¡ponte debajo la piel de la Gran Manzana!
1. Un paseo por el cielo Lo más emocionante de un parque suelen ser los barquitos y los puestos de helado, pero la High Linede Nueva York es otra historia. Esta antigua vía elevada de trenes de mercancías que recorre el flanco oeste de Manhattan es un espacio verde como pocas veces hayas visto que te permite visitar los barrios de Chelsea y el Meatpacking District a 9 metros de altura. Recórrela toda, desde la calle Gansevort a la calle 20 del bajo Manhattan y quédate con la hierba, las flores y los tramos de bosque que asoman por las vías (en gran contraste con el entorno industrial). Por el camino podrás disfrutar del arte público del Chelsea Market, descansar en la plaza de la décima avenida o ver la fuente del solárium de la calle 14, patrocinado por Diane Von Furstenberg. Foto de Joel Sternfel
2. Vete a la playa En Nueva York hay más que rascacielos y puentes en suspensión. La expansión urbana descontrolada da lugar a un sorprendente número de playas, con la de Coney Island, en Brooklyn, en primera posición para una excursión de un día. Allí hay atracciones, espectáculos de lo más raro y buenas dosis de mareos. Quédate en Brooklyn, pero ves un poco más allá y descubrirás restaurantes rusos y ucranianos en el paseo de Brighton Beach (que se ha ganado el nombre de Little Odessa), así como parques infantiles y pistas deportivas en Manhattan Beach. Las aguas agitadas de Rockaway Beach son el paraíso surfero de Queens, mientras que Orchard Beach, de 1,6 km de longitud, situada en el Bronx, es lugar de reunión para barbacoas y partidos de futbol cuando llega el verano.
3. Visita las esculturas de los tejados Incluso los neoyorquinos de pura cepa siguen mareándose cuando ven Manhattan desde las alturas, así que cuando brille el sol, sigue a los autóctonos hacia el conjunto de jardines, bares y restaurantes en las alturas de la ciudad. A los amantes del arte les encantará el Cantor Roof Garden en lo alto del Metropolitan Museum of Art, que cada verano exhibe una escultura gigante diferente. Aquí verás esculturas de talla extragrande con vistas a Central Park hacia el norte y el Midtown hacia el sur. ¿Quieres más espacios con vistas de altura? La terraza cubierta de parra del Gramercy Park Hotel es ideal para un cóctel entre gente estupenda, mientras que la piscina del Hotel Gansevoort, en el Meatpacking District, situada a 14 metros de altura es genial para un baño panorámico.
4. Ve de mercadillo Cambia el sueño de ir de compras en la 5ª avenida por los mercados artesanos de Nueva York: están llenos de cosas de proveedores locales e independientes, encontrarás piezas únicas y además podrás ver la vida de barrio, tan alejada del circuito turístico. Hester Street Fair, en el Lower East Side, se monta cada sábado junto a Seward Park. Aquí encontrarás puestos de comida, así como joyería vintage y accesorios de los diseñadores emergentes de NYC. Los domingos, cruza el Hudson hacia el Brooklyn Flea, organizado en el muelle Williamsburg del East River, entre las calles 6 y 7 norte. Los vendedores ofrecen una mezcla de ropa vintage echa a mano, muebles antiguos y comida casera, todo con vistas al bajo Manhattan al otro lado del agua.
5. Sumérgete bajo tierra El New York City Transit Museum tiene mucho éxito entre los niños y los adultos y es relativamente poco conocido porque está en Brooklyn Heights. Pero con la regeneración que está sufriendo el barrio últimamente, puede que este no sea el caso por demasiado tiempo. Está ubicado en una antigua estación de metro y te permite explorar una flota de vagones de la MTA de todas las épocas desde 1900. Además, detalla cada cambio minuciosamente, desde las luces a los anuncios en las paredes. De vez en cuando se ofrecen visitas a bordo de un tren antiguo a sitios como Coney Island y el Bronx. Es una auténtica joya si quieres descubrir cosas sobre la historia de Nueva York y su gente a través del transporte.
6. Bebe té ¿Te crees que todos los neoyorquinos beben café? Bueno, siendo fieles al espíritu acogedor de la ciudad que da la bienvenida a cualquier alternativa, Nueva York se ha ido llenando de salones de té en los últimos años: ¡nada de leche aguada con una bolsita al lado! El Tea & Sympathy in Greenwich Village es el más inglés de todos los que hay (incluso hay latas de alubias Heinz y todo tipo de tés para comprar) y es un lugar habitual para Rupert Everett y Tina Brown. Podunk, en el East Village, mezcla un poco más las cosas con muebles desparejados destartalados pero elegantes, pasteles caseros y cientos de infusiones donde escoger. El Lady Mendl’s Tea Salon, cerca de Gramercy Park, sirve el té de las cinco en un salón de estilo victoriano.
7. Encuentra una casa abierta Si estás en Nueva York en octubre tendrás la oportunidad de descubrir partes de la ciudad que la mayoría de habitantes locales, y mucho menos los turistas, nunca ven. El New York’s Open House Weekend te permite visitar espacios arquitectónicos que normalmente están cerrados al público de lo más interesantes en los cinco barrios, así como asistir a una gran variedad de talleres y charlas familiares.
En años anteriores, el edificio Art Deco Woolworth en Tribeca, el Grand Masonic Lodge, un acueducto histórico en el río Harlem, el estudio de un escultor en Brooklyn y una estación eléctrica subterránea del Midtown han abierto sus puertas. ¿Lo mejor de todo? Es gratis.
