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EN TUS VIAJES VE DE RETRO, DESCONECTATE DE LA TECNOLOGIA Y VIVELOS – En els teus viatges passa de la tecnologia i viu-los al máxim

businessman-liloDéjate de Facebook, manda una postal

Para tu próximo viaje, ve de retro con estas seis alternativas muy poco tecnológicas

¡Nos vamos de vacaciones! ¡Adiós a Facebook durante una o dos semanas! Haz como los chicos de Pastora y sáltate las reglas de la vida moderna: tira el GPS por la ventana y ve de retro con estos hábitos nada tecnológicos, desde postales a libros de bolsillo.

1. Postales vs. Facebook

«Otro día de sol y playa nadando con delfines y charlando con gente guapa…» Vale, gracias. Y tú en la oficina has tenido un día de perros y ahora estás parado en el metro con el sobaco de alguien pegado a la cara. Hoy en día se lleva esto de dar envidia a los amigos, colegas y perfectos desconocidos manteniéndolos informados de tus actividades durante las vacaciones, pero ¿qué ha sido de la pobre y olvidada postal? ¡Lo contenta que se ponía tu abuela cuando recibía una de Mallorca! Ella no tiene Facebook, así que no te olvides del boli y cuéntale qué buen tiempo hace. Quizá llegues tú antes que la postal, cuando ya se te haya quitado el moreno y tus colegas estén actualizando su estado de Facebook con fotos desde Barbados, pero lo más importante es que tu abuelita será feliz.

2. Mapas vs. GPS

¿Dónde narices estamos? Ahora que conocemos la navegación por satélite y los GPS, ya no nos perdemos nunca ni nos peleamos con nuestra otra mitad por no haber preguntado en el hotel cómo se va a tal sitio. Pero ¿qué son unas vacaciones sin peleas? Apaga el GPS y lánzate a la aventura: visita el casco antiguo de una ciudad armado con un mapa de los de antes y nada más. Ir de excursión a la montaña y encontrar el camino adecuado o salir vivo de un barrio peligroso de noche no depende de si tienes o no batería. Invierte en un mapa impermeable que no se romperá cuando lo intentes plegar exactamente como toca (y encima se puede usar de pelota de fútbol). Y si es de noche, guíate por las estrellas. Es romántico, gratis y casi seguro que una estupidez, pero te divertirás sin duda alguna.

3. Locales vs. Twitter

Los consejos de los habitantes del lugar marcan la diferencia en un viaje: te pueden ahorrar el mal trago de ir a parar a un mercado con vendedores que timan, o por contra, te pueden decir dónde comer como un rey. Así que lo más fácil es caer en la tentación de ir a la fuente de sabiduría que es Twitter. Si algún usuario te da un consejo seguro que te será de utilidad porque te dirá los sitios más concurridos del lugar y sus favoritos. Pero ¿y si miente? ¿Y si te has dejado el móvil en el avión y en el hotel te piden 20€ por usar internet? Pues preguntas a una persona de carne y hueso. Solo los que viven en un sitio saben de verdad lo que se cuece allí, así que escoge a una persona y pregúntale: «Eh… Excusez-moi, Monsieur, ¿ou sont les toilettes?» (Seguramente) recibirás una respuesta sincera y no necesariamente en tu lengua (para eso existe el lenguaje gestual). Y si me apuras, a lo mejor hasta haces un amigo. Y eso en Twitter normalmente no pasa.

ipad-pool-small4. Libros de bolsillo vs. Kindle

Sí, el Kindle no pesa nada, tiene capacidad para cientos de libros, puedes leer 50 sombras de Grey sin que nadie lo sepa, y no se mojará cuando los niños se tiren de bomba en la piscina. Ni incluso el viajero más tradicional puede negar que ahorra un montón de espacio en la maleta. Pero tienes que apagarlo durante el despegue y el aterrizaje (si no el avión se estrella – ¿o no?), no se puede leer cuando da la luz directa del sol y no puedes fardar de estar leyendo a Dostoyevsky en la mesa del desayuno. El humilde libro de bolsillo aún tiene mucho que decir. Si te roban el bolso mientras estás en el agua o charlas con el camarero, solo habrás perdido una copia de El código Da Vinci. Te puedes comprar otro de repuesto por 1€ en una tienda de segunda mano.

5. Música en directo vs. iPod

Cualquier mochilero que se precie se lleva el iPod, los altavoces y el alisador de pelo dondequiera que vaya. Te puedes llevar la fiesta y los últimos hits de la pista de baile a cuestas a cualquier lugar: a los barrios de Buenos Aires, a la terraza del albergue, o a la piscina del hotel de Las Vegas. Pero ¿cada cuándo escuchas música en directo? Si te van los conciertos, mira a ver si toca alguien que te interese mientras estés en esa ciudad. Pero abre la mente e intenta ir a escuchar algo diferente, ya sea calipso en Caracas o fado en Lisboa. Si caminas por las calles de una ciudad a las 2 de la madrugada quizá te cruces con un bar o un local con música tradicional del lugar.

6. Cámara desechable vs. Instagram

Gracias a Instagram ahora podemos seleccionar, editar y añadir filtros molones a nuestras fotos de viaje. Y puedes compartirlas con todo el mundo de forma instantánea. «Mirad, estoy en Nando’s.» Sí, fantástico. Pero ¿te acuerdas de cuando no podías borrar esas fotos comprometidas? ¿Y esa emoción de esperar a que las fotos se revelaran para descubrir que habías puesto el dedo en el objetivo en la mitad de ellas? Revive ese elemento sorpresa a la hora de capturar los momentos con una cámara desechable. Y no hará falta que tomes las fotos como si estuvieras en 1977, y el objetivo de plástico barato lo hará por ti! No serán unas fotos perfectas, pero verás tus vacaciones desde otro ángulo.

 

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