Semana Santa no tan santa: 7 ciudades para 7 pecados capitales

Si pasas de procesiones y no has pisado una iglesia en años, te encantarán nuestras ideas para pecar de lo lindo esta próxima Semana Santa.
Las escapadas de última hora están muy bien, pero pueden salir más caras. Así que con mucha antelación te presentamos un plan de lo más pecaminoso para las vacaciones de Semana Santa. ¡Luego no digas que no tuviste tiempo

1. Lujuria: Ámsterdam
La lujuria es un vicio relativo al deleite o al exceso en algunas cosas (¡que cada uno que escoja los suyos!). Pues bien, en Ámsterdam uno se puede exceder en todos los sentidos. Para el deleite más visual, el Barrio Rojo, el Museo Erótico o el Museo del Sexo. Y para otro tipo de excesos, el resto de la ciudad. Aquí uno puede empacharse de cultura en el Museo Van Gogh o el Diamont Museum, de historia en la casa de Ana Frank, de naturaleza en los canales y el mercado de las flores, de cerveza en alguno de los bares especializados, de queso holandés en todas sus variedades y de música electrónica en las pistas de baile más a la moda de Europa.
3. Soberbia: Abu Dhabi
2. Gula: Taipéi
Si hay un continente que es el rey de la comida al aire libre es Asia. Y si hay un lugar ideal para abandonar la dieta y dar rienda suelta al apetito es Taipéi. Cuenta con 18 calles en las que solo se vende comida en puestos callejeros por uno o dos dólares, y con mercados nocturnos que también ofrecen platillos por también muy poco dinero. La variedad es muy amplia: desde sopas con fideos (noodles) y arroz con lo que se quiera (legumbres, verduras, ternera, pollo) y con mucha salsa que tiende a ser picante, a frituras de todo tipo y opciones más exóticas como serpiente, pasando por calamares fritos o frutas tropicales bañadas en chocolate. Y para beber, té (¡cómo no!) o agua hervida con limón. Un consejo: sé valiente y arriésgate a pedir lo que te entre por los ojos en los puestos callejeros; es tan barato que si no te gusta ¡te compras otra cosa!
3. Soberbia: Abu Dhabi 
Para algo tienen que servir los petrodólares… pues para demostrar al mundo que son los más chulos del planeta. Abu Dhabi es una ciudad de excentricidades. Hay islas artificiales, rascacielos diseñados por estrellas de la moda, hoteles submarinos y el Capital Gate, que ha desbancado a la torre de Pisa como edificio más inclinado del mundo. ¡Si hasta se puede hacer esquí (cubierto) en medio del desierto a 40 grados! Entre otras muchas cosas, podrás hacer un safari por el desierto, visitar el circuito de Fórmula 1, tirarte en paracaídas y muchísimas cosas más.
4. Envidia: Mónaco
Para ser la envidia de todos tus amigos y familiares, nada como el principado de Mónaco, el segundo país más pequeño del mundo, donde se respira glamour y lujo por los cuatro costados. Las calles están presididas por palacios y parques con unas fuentes magníficas. En el puerto de Monte Carlo hay yates de varios millones de dólares y el champán se bebe como si fuera agua. Es lugar de peregrinación para ricos y famosos pero también hay opciones para que los ciudadanos de a pie puedan sentirse a gusto. Ubicado junto al mar, es un lugar muy hermoso para visitar y además tiene senderos pintorescos, bahías muy bonitas y cientos de cafeterías al aire libre.

5. Pereza: Las Maldivas
¿Qué me dices de irte a descansar a un país cuyo no acuático del agua ocupa solamente el 1% de la superficie total? ¿O de bañarte en las mejores playas del mundo y tumbarte a la bartola el día entero? Solo en este lugar paradisíaco podrás desconectar del mundo entero. Mar de un azul que impresiona, arena blanca, comodidad y lujo en los hoteles, relajación… ¡el paraíso de los vagos! Y si tanta inactividad no te va, siempre puedes hacer buceo, snorkel o dar un paseo por alguno de los senderos de la isla. Pero vamos, con todo lo que tendrás a mano en el hotel, de aquí no querrá moverse nadie.
6. Ira: Berlín
El tópico por excelencia cuando de alemanes se trata es que hablan como si estuvieran enfadados y parece que te estén echando la bronca, cuando en realidad no es así. El alemán es una lengua de sonoridad fuerte, pero nada más. No son más bordes que en cualquier otro lugar. Lo que no es un tópico es que en Berlín existe una campaña llamada «Berlin doesn’t love you» (Berlín no te quiere) que lucha contra el aburguesamiento de la ciudad para conservar su espíritu. Ahora todos quieren vivir en el barrio de moda donde hay cafeterías monas, restaurantes vegetarianos, tiendas caras y los vecinos de toda la vida se sienten amenazados. Pero tú a lo tuyo y empieza el día con un brunch, recorre la ciudad en bicicleta, móntate un picnic en Tiergarten, tómate algo en las terrazas de Prenzlauer Berg y cómprate cosas de lo más vintage en el Flohmarkt.
7. Avaricia: Las Vegas
Si la suerte te sonríe en los casinos de Las Vegas puedes acabar como el tío Gilito, dándote un baño de monedas de oro en la bañera de tu habitación. Si hay algún lugar en el que es fácil caer en la tentación, es en la ciudad de juego más famosa de América (y del mundo, me atrevería a decir). Nada más bajar del avión ya hay máquinas tragaperras en el aeropuerto para matar el tiempo. Y en los casinos podrás apostar a lo que quieras: la ruleta, el Black Jack, el póker, los dados… Y si el juego no es lo tuyo, en Las Vegas se puede hacer de todo: ir de compras, ver un espectáculo, un combate de boxeo, un concierto y montarse unas farras históricas. De hecho, diría que en Las Vegas se pueden cometer los 7 pecados capitales antes mencionados.