Una ciudad sumergida entre maleza, macacos, reptiles y lagunas de agua. Una metrópoli fantasmagórica, llena de recovecos para perderse. Descubrimos los templos de Angkor situados en el norte de Camboya. Desde el majestuoso templo de Angkor Wat hasta el desconocido templo de Beng Mealea, recorremos los templos más asombrosos abandonados en lo más profundo de la selva. Una ruta de tres días por la ciudad olvidada.
Con una extensión entorno a los 200 km², la Gran Ciudad Fortificada de Angkor Thom se presenta de manera intimidante ante el viajero. Es por eso que aquí os dejamos una serie de consejos para poder disfrutar al completo de vuestra estancia en Angkor.
Existen tres tipos de billetes de entrada al recinto. Visitas de un sólo día, de tres y de cinco. Todas ellas a realizar en el transcurso de una semana. El complejo de Angkor es muy grande y son varias las atracciones a conocer, por lo que recomendamos la entrada de tres días. En tres días, el viajero podrá ver la mayoría de los templos del complejo, descansar en el camino bajo la sombra de un árbol imperial y gozar de algún amanecer y atardecer bajo el perfil de Angkor Wat. El horario de apertura es a las cinco y media de la mañana y el cierre a las seis de la tarde, siendo el coste por tres días de 40 dólares (20$ por un día y 60$ por cinco).
1. Primer día, Angkor Thom en bici
No hay una única forma de visitar el complejo de Angkor, ni un sólo medio de transporte para hacerlo. En el primer día de ruta, sugerimos alquilar una bicicleta en el vecino pueblo de Siem Riep -a cinco kilómetros de Angkor- y visitar los templos más cercanos, correspondientes al Circuito pequeño (17 km) uno de los dos itinerarios básicos indicados en el plano adquirido al comprar la entrada para conocer los templos.
Los tres grandes templos
Angkor Wat: es el más famoso y mejor conservado de todos los templos de Angkor y uno de los mayores monumentos religiosos del mundo. Cada amanecer miles de turistas aguardan pacientemente a que los primeros rayos de sol surjan detrás del silueteado edificio para fotografiarlo. Pero muy pocos saben que Angkor Wat está orientado al oeste y el mejor momento para verlo es al atardecer, cuando la luz es cálida y le toca de frente.
Bayón: localizado en el centro de lo que fuera la ciudad de Angkor, se levanta Bayón, un complejo arquitectónico rodeado de misterio y fascinación, en el que cincuenta y cuatro torres decoradas en sus bases por 216 enormes rostros sonrientes apuntan al cielo. Estas enormes cabezas toman forma ante la atenta mirada del viajero. Con muchos menos visitantes que su vecina Angkor Wat, es mejor visitarlo a la hora del almuerzo (12:00 a 14:00).
Ta Prohm: sin duda, el lugar más pintoresco de Angkor. Engullido por la selva, sus torres y muros parecen despedazarse por el lento abrazo de las gigantescas raíces de los adyacentes árboles. Este templo es famoso por ser el escenario de varias escenas de la película “Tomb Raider” de la heroína Lara Croft.
2. Segundo día, Gran circuito en tuk tuk
Para el segundo día, la mejor opción es contratar a un conductor de tuk tuk por todo el día (previo acuerdo del precio) para recorrer el Gran Circuito, el segundo itinerario marcado en el plano y con una extensión de 26 km. Además, con el tuk tuk se puede llegar a otros templos más remotos y desconocidos. Y es que, por lo general, los conductores de tuk tuk conocen rincones maravillosos fuera de las rutas marcadas que muy amablemente nos enseñarán si se lo pedimos.
Templos a destacar
Pre Rup: un templo-montaña con forma de pirámide cuyo significado “cambiar el cuerpo” sugiere que en sus inicios pudo ser el crematorio real. Este templo goza de unas buenas vistas a los arrozales cercanos al embalse y es uno de los lugares más populares para contemplar la puesta de sol.
Ta Som: este templo en estado ruinoso destaca por un centenario árbol que estrangula por completo el gopuraoriental. Una torre ornamental situada sobre la entrada al recinto del templo.
Beng Mealea: a unos 40 km al este de Bayón es uno de los templos más misteriosos de Angkor, invadido totalmente por la naturaleza. Construido con la misma planta que Angkor Wat, explorar este templo es una auténtica aventura. Plagado de serpientes, hasta hace poco era peligroso visitarlo ya que los campos adyacentes estaban plagados de minas terrestres.
3. Tercer día, a pie
¿Por qué no olvidarse del tuk tuk, el autobús o la bicicleta y realizar la exploración a pie? Existe una serie de limitaciones obvias respecto a la distancia entre los templos. Sin embargo, es bastante fácil llegar a pie a Angkor Thom y al templo de Angkor Wat. Y esta, es una magnífica manera de entrar en contacto con los lugareños. Quienes deseen evitar la carretera principal pueden seguir el tranquilo camino que recorre las murallas de Angkor Thom y comer en alguno de los puestos callejeros situados en los alrededores de los principales templos. Hay varios puestos de fideos al norte de Bayón y acogedores restaurantes jemeres a lo largo de la orilla norte de Sra Srang (el embalse) donde degustar platos típicos como el Nom banh chok, fideos de arroz con judías verdes tiernas, pepino, cebolla y salsa de pescado.
El ritmo cambia cuando vas a pie y una nueva ciudad se abre ante nuestros ojos. Artesanos trabajando la madera con decorados de estilo jemer, niños jugando en el lago perimetral y risueñas señoras barriendo un terreno inabarcable como es Angkor, son algunas de las estampas que se cruzan en nuestro camino.
Para acabar nuestra ruta, regresamos a Angkor Wat para presenciar cómo los últimos rayos del sol reflejan el majestuoso templo sobre las aguas del canal que lo circunda. Al caer la noche, es muy común ver familias camboyanas fotografiándose y cenando a la orilla del lago que rodea Angkor Wat. Una imagen única para despedirse de Angkor.